POR LEONORA RAMÍREZ S.
La República Dominicana tiene que prepararse para enfrentar nuevas embestidas de parte de grupos haitianos, los cuales intentarían buscar conflictos con el país porque entienden que así conseguirían una solución a los problemas políticos de Haití, consideró el escritor Manuel Núñez.

El autor de la obra «El ocaso de la nación dominicana», que trata sobre las consecuencias de la migración haitiana, expresó que esa pretensión no es viable, y que la sociedad dominicana debe entender que su existencia depende del equilibrio de la nacionalidad.

Al referirse a las manifestaciones en contra del Presidente Leonel Fernández, que se produjeron el lunes 12 de diciembre frente al Palacio Nacional de Puerto Príncipe, donde el mandatario se reunió con su homólogo Boniface Alexandre, dijo que se trató de un espectáculo preparado previamente y que todo el mundo condenó.

Fernández visitó la capital haitiana en un momento de tensión entre los dos países, debido a que en el transcurso de este año se incrementaron los enfrentamientos entre dominicanos y haitianos, dejando una secuela de asesinatos de por medio.

«Los dominicanos no tienen que negociar su soberanía con los haitianos porque eso no esta en discusión, lo que hemos visto ahí es un espectáculo que todo el mundo ha condenado, y hemos estado los dominicanos bajo una situación de tensión a causa de esta encerrona organizada para amedrentarnos».

Respecto al fallo de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), mediante el que se ratifica lo establecido por la Ley de Migración, de que no son dominicanos los hijos de inmigrantes ilegales, Núñez manifestó que lo favorece por completo porque la ilegalidad no puede ser fuente de legalidad.

«Transferirle la nacionalidad dominicana a personas que no están vinculadas al Estado, sería una actitud suicida para desfragmentar el país, y al mismo tiempo sería deshacer el gesto mismo de la independencia nacional», dijo el escritor en el programa Hola Meridiano, que producen los periodistas Pablo Mckinney y Freddy Sandoval por el Canal 10.

«Evidentemente esto es mal recibido por esos grupos que promueven la haitianización del país, y lo hacen bajo el chantaje de que aquí hay grupos antihaitianos. Lo que pasa es que piensan que quienes no están de acuerdo con sus planteamientos son antihatianos».

Al negar que tenga una actitud racista y xenofóbica hacia los haitianos, precisó que quienes lo plantean intentan desmoralizarlo porque ha asumido una actitud responsable frente al tema. «Si lo que ocurrió en Haití en contra del Presidente Fernández hubiese pasado en la República Dominicana, con esa hostilidad rayana en el delirio, esas mismas voces que me atacan estuvieran insoportables porque nos quieren negar hasta el aire que respiramos por defender el territorio nacional de la desintegración del Estado haitiano», expresó.

Refiriéndose al tema de la mano de obra haitiana dijo que no son los empleadores dominicanos los culpables de que en los sectores de la construcción y de la agricultura esta supere a la dominicana, sino la depresión económica de Haití que expulsa a sus habitantes hacia el país.

«La enfermedad hay que verla en que Haití, una  nación que tiene un 70% de desempleo, sólo un 1.5%  de territorio útil para la agricultura, no tiene recursos de ningún tipo, carece de autoridad, no hay seguridad para las empresas extranjeras ni para nadie, entonces esa masa de población viene a nuestra fronteras a violarla, conquista los empleos y destruye el valor del salario en  la República Dominicana».