Nadie está libre de sufrir las consecuencias que puede traer un incendio y éste es un tipo de accidente casero más común de lo que se supone. Frente a esta posibilidad, lo mejor es tomar conciencia y recurrir a todas las medidas de seguridad. La mayoría de los incendios que se producen tienen su origen en las instalaciones o artefactos eléctricos.

Lo más recomendable es que en una casa de familia, un negocio o una oficina todas las instalaciones estén realizadas por un electricista matriculado. Tienen que ser revisadas periódicamente y, por sobre todas las cosas, tienen que estar protegidas por llaves térmicas o disyuntores diferenciales. Tan importante como comprar un buen sistema de seguridad para proteger la instalación y los aparatos eléctricos es contratar los servicios de personal matriculado para la instalación: el mejor equipo mal instalado no evita accidentes, puede provocarlos.

La segunda causa corresponde a las colillas de cigarrillos. La persona que tiene el hábito de fumar quizá se va a dormir con el cigarrillo o lo enciende cuando está en la cama. Si se duerme con el cigarrillo encendido, la brasa puede tomar contacto con ropa de cama. Pero el agravante viene cuando esa brasa llega al colchón. Si el colchón es de espuma de poliuretano desprende sustancias muy tóxicas que al ser inhaladas provocan desvanecimiento y pueden ocasionar la muerte.

LOS ELEMENTOS COMBUSTIBLES

Cuantos más elementos combustibles haya en una casa, mayor es la probabilidad de la propagación del incendio: papel, madera, cartón, alfombras sintéticas.

Los materiales plásticos son muy combustibles como todos los derivados del petróleo, por lo cual levantan fuego enseguida, generan mucha temperatura, abundante llama y de mucha altura con el agravante de que en la combustión generan los gases tóxicos.

Ante la decisión de colocar una alfombra, lo ideal es elegirla de lana.

Las alfombras sintéticas tienen mayor probabilidad de expansión del fuego y generan una gran emanación de gases tóxicos que impiden la mayoría de las veces una salida a tiempo, ya que la gente se descompone antes de poder, en general, abandonar el lugar del siniestro.