Estadísticas citadas por especialistas recientemente indican que República Dominicana está entre los países a los que llegan con retraso de años las campañas de vacunaciones que en otros países, a veces similares al nuestro, se aplican de rutina. La mortalidad en recién nacidos es alta, algo dicho más de una vez por organismos internacionales, y de lo que más padecemos es en el manejo de lo materno infantil es de infecciones con potencial de mortalidad que se derivan de omisiones desde el nivel superior del Estado, que debe proveer recursos para que las cosas marchen bien, hasta de negligencia o incompetencia en personal hospitalario que en muchos sitios es deficiente hasta por descuidarse en el uso de agua y jabón
Mediáticamente, y a partir de los discursos y la propaganda interesada en favor del gobierno, este es un país que va para adelante. Pero la realidad, esa que ocasiona muertes que pueden evitarse (y no ocurren incluso en algunos establecimientos públicos excepcionales) resulta cruel e irrefutable. Estamos en niveles bajos en materia de asistencia en salud. Se han hecho algunos esfuerzos por mejorar el sistema sanitario; pero nunca, nunca, esos esfuerzos han sido suficientes para llevar la mortalidad al grado mínimo que permite la ciencia. Lo más urgente: disponer de inmediato más recursos para el sector en el presupuesto del próximo año.
Cuando el dinero puede aparecer
El secretario de Hacienda, Vicente Bengoa, ha dicho una verdad pocas veces aceptada. El próximo presupuesto, como los de cada año, resulta estructuralmente modificable en sus capítulos de gastos por simple disposición interna. Por tanto, los médicos y enfermeras del sector público han estado siempre ante la posibilidad de que con voluntad política se les fijen ingresos acordes con la importancia de su misión social y sus necesidades, aun cuando no les satisfagan ciento por ciento sus viejas aspiraciones, las que han causado una confrontación interminable con perjudiciales consecuencias para la sociedad.
El gobierno siempre ha preferido decir lo contrario: que no hay dinero en el Fisco o que habría que buscarlo creando impuestos. Pero la aparente buena voluntad de Bengoa da razón a quienes estiman que la verdadera causa de los tranques Salud Pública-Colegio Médico ha sido una despiadada inflexibilidad oficial.