Primarias, elecciones e institucionalidad democrática

Primarias, elecciones e institucionalidad democrática

Tirso Mejía-Ricart

Después de 17 años de estudiada una Ley de Partidos Políticos, a 14 años de sometida esta al Congreso Nacional, y 21 años luego de estar en vigencia de Ley Electoral hace tiempo, obsoleta por una nueva Constitución y cambios profundos en nuestra realidad política y social, asistimos a un nuevo intento de boicotear su aprobación para las elecciones del 2020 por parte del partido en el poder, para imponer su hegemonía despótica a cualquier precio, aun en contra de la inmensa mayoría de la sociedad organizada.
a) Lo primero que es necesario aclarar es que tanto las elecciones primarias como las convenciones de delegados son parte de un proceso electoral, y como tales pueden y deben ser supervisados por la Junta Central Electoral conforme a la Constitución de la República.
b) A ese respecto, hay un consenso en que las primarias deben hacerla las fuerzas llamadas mayoritarias, con más del 5% de los votos en las últimas elecciones, en tanto las demás, con menos militancia y recursos disponibles, pueden definir sus candidaturas a través de convenciones supervisadas por la JCE.
c) Las primarias deben hacerse simultáneamente, aunque con los padrones que decida soberanamente cada partido, y así obviar las grandes dificultades que tienen los partidos para arbitrar internamente esos procesos y no negar la realidad de las graves consecuencias que esto tendría para la institucionalidad política del país.
d) Los precandidatos dentro de cada partido deberían ser postulados por los máximos organismos ejecutivos, nacionales y provinciales o municipales, de cada partido, y en las grandes demarcaciones por los grandes frentes sectoriales: Juventud, Mujeres, y los comunitarios que los partidos definan.
e) Debe quedar claro que salvo el porcentaje establecido por la ley como reservas para alianzas y dirigentes que representen la identidad de los partidos; los resultados de las primarias determinarían el orden en que serán postulados los candidatos en cargos de los gobiernos colegiados (diputados y regidores), por lo que deben ser boletas cerradas y bloqueadas.
f) De esa manera, las primarias serían de bajo costo, y de sencillo manejo tanto para los partidos y la propia JCE, tal como estamos en condiciones de probar a cualquiera que lo desee.
g) La ley debe establecer sanciones para los partidos y candidatos que violen sus normas; así como fiscales electorales independientes para que se eviten los fraudes, la compra de votos y los abusos de poder en los procesos electorales.
h) Una nueva Ley Electoral es mucho más importante que la Ley de Partidos y de eso ni se quiere hablar ahora.
i) Hay que subdividir las boletas congresual y municipal, para que se vote separadamente por el Senador y los diputados; así como por el Alcalde o Director de Distrito municipal y los regidores y vocales.
j) La Ley Electoral debe establecer mayor descentralización de las juntas electorales municipales y de las circunscripciones en el exterior, para que no se preste al autocratismo para su uso y abuso, tal como hizo el ex presidente de la JCE, Roberto Rosario.

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