Primer aniversario del Centro León

Primer aniversario del Centro León

MARIANNE DE TOLENTINO
Mañana el Centro León cumple un año de vida cultural al servicio de la comunidad. Se tiene la impresión de que existe desde hace mucho más tiempo. Una primera explicación sería que la institución se planificó durante casi cinco años, con un esmero y un método, desconocidos en nuestro país: durante el proceso se trabajaba a tiempo completo, y ya se celebraban reuniones departamentales de evaluación. Era con gran expectativa y curiosidad que quería hacer una visita –oportunidad muy restringida- a la obra en construcción.

Un testimonio de esa fase preliminar se escribió a la dirección del Centro: “Yo había estado muy impresionado por el carácter muy profesional del Centro que usted preparaba, la seriedad y la vitalidad de sus contenidos, las perspectivas internacionales en las cuales se sitúan, la calidad del edificio. Es un placer ver que, en el corazón del Caribe, en su vertiente de lengua española, una institución como la suya podrá jugar un papel central.”. Y Germain Viatte (1) agregaba que esa función se iba a ejercer en un contexto nacional e internacional.

Así ha sucedido. En tan sólo doce meses, la programación ha demostrado una increíble generosidad, con actividades prácticamente diarias, en las diferentes áreas de la cultura, presentando a la comunidad la riqueza de la vida patrimonial de la ciudad, la provincia y el país, revelando caudales artísticos del exterior a través de conferencias, proyecciones y exposiciones. Todo cuidadosamente analizado en equipo antes de su realización, no sólo considerando contenidos, sino los fines a alcanzar. Decía Rafael Emilio Yunén, director general del Centro León: “Los objetivos de esta nueva institución coinciden plenamente con el lema postulado por la familia y el Grupo León Jimenes basado en el desarrollo de una mística en torno al trabajo por una mejor nación.”(2)

Por esas razones de aportes a grandes audiencias, de ideales puestos en práctica como parte de una filosofía, y de éxitos continuos, tenemos la sensación de que el Centro tiene madurez… en términos cronológicos y organizativos, cuando se trata de una institución ¡tan joven! Otras estarían todavía balbuceando hipotéticas aspiraciones o ensayando proyectos.

Un Centro ejemplar

La institución, además de objetivos generales enaltecedores, corresponde a varios fines muy positivos, y sus logros pueden servir de ejemplo para el futuro.

En primer lugar está la descentralización de la vida cultural dominicana. Abundan las quejas de que todas las actividades en arte y cultura se concentran en Santo Domingo y que el resto del país languidece a la espera de animación y recreo de calidad.

El Centro León sienta un precedente: fuera de la capital, pueden celebrarse allí eventos del mayor nivel internacional, del mismo modo que talleres, tertulias, charlas y conciertos, temáticamente enfocados hacia la cultura y el folclor locales, con una inesperada afluencia de espectadores.

Casi 13.000 personas asistieron a actividades paralelas y exposición de “Obras sobre papel de Théodore Chasseriau”, en cuatro semanas, mientras, en Santo Domingo, hubo una menor concurrencia por una mayor duración. En las sesiones periódicas de cine, a menudo se debe rechazar público, y hasta en conferencias de temas arduos, hay una asistencia considerable. Así mismo, otro fenómeno insólito es que se observa una frecuentación de las salas de exposiciones, en los fines de semana, con visitas en familia. Y se desplazan desde Santo Domingo.

Es cierto que Santiago  es una gran ciudad, que posee una tradición cultural, que la Universidad PUCMM en primer lugar e instituciones como el Centro de Cultura –oficial- y Casa de Arte –privada- ya demostraban el interés de la comunidad. No obstante, en otras localidades del país, a sus escalas respectivas, puede y debe manifestarse una vida cultural, de modesta a ambiciosa, para el regocijo de la población y los jóvenes en particular. El Centro León, en un solo año, ha trazado pautas en esa dirección. Más aun, el dinamismo y las ofertas del Centro lo convirtieron en un polo de atracción para el turismo cultural. Una gira a Santiago se impone antes de regresar a la tierra de origen, lo hemos oído varias veces y leído.

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