Con la idea de unir esfuerzos con la sociedad civil y la academia para la prevención de la obesidad infantil y el sobrepeso, se celebró en la ciudad de Panamá, los días 26 y 27 de junio, un importante evento auspiciado por UNICEF y la Oficina Panamericana de la Salud.
Durante jornadas intensas de trabajo se trató el tema de la obesidad y el sobrepeso, donde se puso de relieve el derecho a la salud de los niños y la obesidad como una amenaza para el ejercicio de ese derecho. La academia y la sociedad civil fueron invitadas por ser el mejor vehículo para la transmisión del mensaje y concretar las acciones necesarias para la prevención.
Delegaciones de toda la región participaron con importantes exposiciones sobre el quehacer desde las instancias y el compromiso de asumir retos y desafíos que fueron evidenciados en cada país.
La publicidad para niños en los medios de comunicación, y ahora en las plataformas digitales y redes sociales, fue uno de los temas relevantes tratados, también la obesidad en la región de la que no escapa nuestro país, con más de un 12 por ciento de niños obesos y con sobrepeso.
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El azúcar como ingrediente con gran potencial para la obesidad fue un tema de gran interés en el encuentro, y los académicos destacaron los conflictos de intereses que se presentan a la hora de intervenir para que la publicidad deje de ser la vía para atraer a los niños al consumo de dulces, que junto a los alimentos ultra procesados son los causantes del problema.
El involucramiento de la escuela y la familia en potenciar la alimentación saludable fue uno de los retos planteados. Nos tocó presentar el desafío y proponer la ruta para lograrlo.
La escuela y la familia son el potencial para hacer posible la educación sobre el derecho de los niños a una alimentación saludable si se trabaja desde la escuela.
Los programas de educación deben tener como eje transversal la información sobre la nueva alimentación y la responsabilidad de involucrar a la familia en estos planes. La administración del Estado tiene también el compromiso de proveer los insumos suficientes para generar los cambios necesarios en la alimentación.
En el evento se resaltó la necesidad del etiquetado frontal de advertencia nutricional, y se dieron a conocer informes de los resultados positivos en los países donde se ha implementado. Es fundamental que los poderes del Estado asuman el etiquetado como la nueva forma de comunicación entre la administración y sus administrados, teniendo en cuenta que los derechos solo pueden garantizarlos los gobernantes.
Ahí fluyó el choque de conflictos de intereses porque muchos gobiernos alcanzan el poder con la ayuda del sector empresarial, que se resiste al cambio en la necesaria transparencia en los contenidos de los alimentos.
Las grandes multinacionales que ofrecen los ultras procesados poseen los recursos tanto para el cambio positivo como para cabildear normas que les permitan continuar una producción basada en la tradición y las condiciones con las que han operado toda la vida y se resisten a los cambios.
En un mundo cada vez más interconectado, lo prudente y sensato es una alianza por la buena salud con lo cual ayudamos al planeta y su principal activo: el ser humano.