Primer Grito de Independencia del Ecuador

Primer Grito de Independencia del Ecuador

Por gentil invitación de Carlos López Damm, excelentísimo señor Embajador de la República del Ecuador en la República Dominicana, asistimos a una recepción que ofreciera el día 9 del mes que discurre en el hotel Crowne Plaza de la ciudad de Santo Domingo, con motivo de conmemorarse el primer “Grito de Independencia” del Ecuador, el día 10 de agosto de 1809. La consigna patriótica era: ¡Seamos Libres! ¡Libres y Autónomos! ¡Diversos, pero Juntos!   Este hermoso lema, henchido de civilidad, fue el clarín que despertó los aires de libertad en una América Latina sojuzgada bajo el ferro dictado de una España en decadencia, que al cabo de tres lustros, precisamente en el Ecuador bravío, perdería la totalidad de las nacientes repúblicas sudamericanas.

   Si bien es cierto que este primer grito organizado principalmente por Francisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo fracasó y los quiteños que componían aquella célula insurgente, tanto hombres como mujeres, fueron encarcelados en mazmorras y fusilados el 2 de agosto de 1810, no es menos cierto que esa pequeña llama se fue avivando en aquel Quito señorial, que fue luego testigo frente a un volcán andino, de la batalla emancipadora de Pichincha el 24 de mayo de 1822, comandada por el joven mariscal Antonio José de Sucre, lugarteniente del Libertador Simón Bolívar, la cual selló definitivamente la caída del imperio español en América del Sur.

Tengo en mi haber muchos gratos  recuerdos del Ecuador, país hermoso que he visitado en múltiples ocasiones con motivo de reuniones relacionadas con el cacao.  Posiblemente el señor Embajador no tenga conocimiento que, al final de la década del 50 y principios de la del 60, dos compatriotas suyos eran  artistas muy mimados en las “velloneras” de entonces en el país.  Nos referimos a Olimpo Cárdenas y sus “Lágrimas de Amor” y Julio Jaramillo el cantautor de pasillos más prolífero y melodioso que escucharon los dominicanos.  Precisamente de este último guardo una anécdota muy jocosa.  En un viaje que hicimos a nuestra ciudad preferida, Guayaquil, denominada la “Perla del Pacífico”,  coincidí en el aeropuerto con la llegada del famoso cantante y compositor mejicano Armando Manzanero, quien al ser entrevistado por los periodistas que lo aguardaban, en una actitud irreflexiva externó: “Si Uds. piensan que Jaramillo fue un buen cantante, esperen oírme para que comparen”.  Al otro día en la prensa salió un gran titular: ¿Qué se creerá el enano presumido de Manzanero? No lo supe, pero creo que tuvo que marcharse sin efectuar las presentaciones para las cuales había sido contratado, por la unánime repulsa de los ecuatorianos y también, porque había seguidores de Jaramillo que pedían su cabeza.

   El líder indiscutible del afianzamiento del Ecuador como república soberana fue el patriota Eloy Alfaro.  Por cierto, en su alocución el señor Embajador resaltó que era amigo de nuestro Máximo Gómez, según una carta auténtica que entregara en Montecristi y en Santo Domingo.  Debemos imaginar que este Montecristi es el nuestro, el de El morro y las salinas, ya que, conocemos el ecuatoriano en donde se fabrican los más finos y elegantes sombreros de jipijapa y en donde en una ocasión compramos dos docenas de ellos, tan minuciosamente tejidos que se podían envolver con el puño de la mano.  Estos, por ser vendidos en gran escala en el aeropuerto de la ciudad de Panamá, son erróneamente llamados “sombreros de Panamá”.

   Los lazos de confraternidad entre el Ecuador y Dominicana han quedado plasmados en múltiples convenios bilaterales, tanto diplomáticos como consulares, que envuelven materias tan proliferas como comerciales, culturales, deportivas y agropecuarias.  Por lo pronto en cacao, estamos cercanos a firmar un convenio sobre cacao fino o de aroma, en el cual se incluirían otros países americanos productores de este tipo de teobroma cacao.

   Para finalizar, no debemos olvidar que dentro de los lazos culturales y de amistad, este año la Feria Internacional del Libro 2013 fue dedicada al Ecuador, cuyo presidente el economista Rafael Correa, no sólo prestigió la misma con su presencia, sino que también presentó la obra de su autoría: “De Banana Republic a la No República”.  Una lástima que el gran pintor que tanto amó a nuestro país Osvaldo Guayasamín, por haber partido hacia lo ignoto, no pudo físicamente participar, pero otros destacados  artistas como Karla Kanora y Beatriz Gil tomaron su puesto.  De su parte, el presidente Danilo Medina asistió a la toma de posesión del presidente Correa, lo cual cimienta la vinculación entre dos pueblos muy similares y a donde se puede viajar sin necesidad de visado.

Como colofón, quiero resaltar las brillantes y vibrantes interpretaciones de los himnos dominicano y ecuatoriano, ejecutados magistralmente por el coro de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. ¡Enhorabuena, Señor Embajador!  Por su poder de convocatoria y su enjundioso discurso en un acto sencillo, más pletórico de solidaridad.

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