Primer legado post mortem de Madiba Magno

Primer legado post mortem de Madiba Magno

Aún sus restos mortales eran velados por su pueblo que lo venera y los mandatarios que acudieron no solo a despedirlo, sino a rendir tributo de reconocimiento a un gigante del género humano, Madiba Magno o Nelson Mandela, concretizaba el primer legado post mortem, cuando el presidente Barack Obama y su homólogo cubano, comandante Raúl Castro, exhibieron un apretón de manos en Johannesburgo, que estremeció de emoción y esperanzas al mundo.

Las manos, como el amor, no se buscan, se encuentran sin siquiera mirarlas, se atraen, como un imán misterioso e indescifrable, como misteriosa e indescifrable es la vida breve y frágil de los hombres.

Los funerales de Madiba Magno tenían que presentar en el mismo escenario de un adiós que no lo es, sino un acto protocolar, porque a los seres humanos como Madiba no se les dice adiós, porque sencillamente permanecen intactos en las conciencias de los hombres que creemos en el método de vida que escogió como una filosofía en que sus congéneres ejercieran con espíritu fraterno la cotidianidad de la existencia, no como una pose.

El gobernante del único imperio aún existente en la historia de la humanidad, hizo de la ocasión acopio para, el primero, rendir pleitesía al gran muerto que fue reconocido en vida como un gran ser humano, y fundir con el ejemplo la prédica y la ruta.

Idéntico a como Obama ha procedido de abstenerse a intervenir en Siria, sabedor que la oposición al presidente Bachar el Asad es feudo de Hizbolá, y por afincar firme la ofensiva diplomática ante la disuasión de la guerra, el apretón de manos con Raúl Castro permite percibir el preludio de un nuevo temario para la Perla de las Antillas. Esperemos.

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