Primer lugar muertes por accidentes de tránsito

Primer lugar muertes por accidentes de tránsito

En nuestro país la inseguridad ciudadana representa la principal preocupación de los consultados en diferentes encuestas, superando el tema del desempleo, el “costo de la vida” o los apagones. Los niveles  actuales de criminalidad provocan entre 22-25 muertes por cada 100,000 habitantes por año; sin embargo los accidentes de tránsito provocan casi el doble de muertes y llama la atención que Gobierno y Sociedad no manifiesten la misma preocupación que brindan a la criminalidad.

La República Dominicana, de acuerdo a un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocupa el primer lugar mundial en número de muertes por accidentes de tránsito (41.7 muertes por cada 100,000 habitantes) superando por mucho a países de África, como Nigeria, Guinea-Bissau y South África; o países de AL como Venezuela; o del Medio-Oriente como Irak, Omán y Chad o del oriente como Tailandia, para citar los países del “top ten driving deaths”.

Recientemente The Washington Post se hizo eco de este estudio en un artículo titulado “A map of the Countries with the most dangerous roads”(el lector lo puede localizar en: washingtonpost.com/blogs/worldviews/wp/2013/06/07) destacando nuestro trágico primer lugar y la realidad de que cada dominicano tiene la probabilidad de uno en 2,398 de morir en un accidente de tránsito y  ello se debe, de acuerdo al artículo, a que no se usan cascos protectores en las motocicletas y poca aplicación de las leyes por exceso de velocidad o conducción de vehículos en estado de ebriedad.

Efectivamente, la mayor expresión del desorden y el “laissez-faire”, se manifiesta en el tránsito y la forma de conducir en nuestras calles y carreteras. Ya se ha hecho un pasaje común pasar un semáforo en rojo, ver una patana a más de 120 km/h en las autopistas, transitar en vía contraria, estacionarse al lado de un letrero que lo prohíbe o conducir exhibiendo una botella de cerveza o un trago con hielo. ¡Y todo esto acontece ante la mirada indiferente de las autoridades!

Esto, refiriéndonos a los vehículos de cuatro o más ejes, pero cuando echamos la mirada a los motores (el estudio de la OMS lo destaca) resulta que más del 50% de los accidentes trágicos involucra a un motorista, porque estos son los iconos del desorden. No respetan semáforos, no respetan dirección, no usan cascos, los “delivery” ganan en función de la velocidad de la entrega. Y lo que es más grave alrededor de 900 mil carecen de placa.

Es necesario rediseñar la Autoridad Metropolitana de Transporte para contar con un cuerpo cuyos integrantes conozcan sus responsabilidades y apliquen la ley sin relajamientos, pero también auxilien a los conductores. Recientemente uno de mis hijos observó un vehículo averiado y el conductor, un señor de edad avanzada, tratando de empujarlo y justo en la acera cercana dos agentes de la AMET animadamente conversando. Cuando mi hijo les pidió que ayudaran al conductor, estos respondieron: “ayúdelo usted, nosotros no estamos para eso”.

Una AMET renovada con agentes dispuestos a aplicar las multas, con una ley de tránsito actualizada y multas indexadas con la inflación. Cuando un conductor pase con el semáforo en rojo y sea multado con RD$5 mil, lo pensará antes de violar la ley. Cuando grúas se lleven los vehículos mal estacionados y haya que pagar RD$3 mil para el rescate, entonces se respetará la ley. Cuando al conductor ebrio lo detengan y le apliquen severas sanciones definitivamente va a disminuir el número de borrachos al volante.

Las multas, para garantizar su pago, deben acumularse y ser pagadas a la hora de renovar el marbete. Cuando los conductores acumulen varios miles de pesos en multas y deban pagarla de un solo golpe, entonces veremos disminuir las violaciones; además  se puede incentivar el personal de AMET, distribuyéndoles un porcentaje de lo captado por ese concepto, como ocurre en la DGA y la DGII.

“Hacer lo que nunca se ha hecho” es iniciar un programa integral para acabar con el desorden en el transporte, para hacer respetar la ley y abatir esa trágica cifra de 41.7 muertes por accidente por cada 100,000 habitantes cada año.

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