Primer ministro de Haití dice que será necesario mantener ayuda a largo plazo

Primer ministro de Haití dice que será necesario mantener ayuda a largo plazo

Puerto Príncipe, (EFE).- El primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive, aseguró que será necesario mantener a largo plazo la acción humanitaria mientras se completa la primera fase del plan de reconstrucción tras el terremoto que asoló Puerto Príncipe y varias localidades y del que hoy se cumplen tres meses.

«Vamos a tener que seguir dando de comer, beber y dar algunos servicios básicos a poblaciones que están en una situación de extrema fragilidad», declaró este lunes el jefe de Gobierno en entrevista con Efe.

Explicó que es necesario «separar la urgencia del (aspecto) humanitario», ya que, aunque ambos asuntos coinciden en muchas cuestiones, «no son idénticos».

«La urgencia finalizó, en el sentido de que hay muchas cosas que no se regularon y que no pueden ya serlo en la fase de urgencia», insistió.

Advirtió que «la única urgencia que no finalizó», tras el sismo de 7,0 grados en la escala de Richter del pasado 12 de enero, es la relacionada con «los peligros inminentes que se refieren a la relocalización de las personas que se encuentran en campos de muy alto riesgo».

Según el funcionario, «la prioridad es no crear un nuevo desastre humano dentro del que ya se está viviendo» debido a que desplazar a los damnificados requiere «una logística muy pesada».

El Gobierno obtuvo 7.450 hectáreas de tierras al norte de la capital donde empezó a desplazar a las primeras familias de un campamento situado en Pétion-Ville (periferia este).

Otro terreno se está preparando en Tabarre (periferia noreste) para empezar esta semana a acoger familias.

Sobre las condiciones de habitabilidad que contribuyeron al desastre en Puerto Príncipe, Bellerive estimó que «antes de pensar en reconstruir va a ser necesario destruir».

El problema, según él, es que «el riesgo sísmico no se tuvo nunca en cuenta en la construcción», aunque «hay mucha gente de buena fe» que lo intentó.

«El verdadero responsable de las 220.000 muertes es la superpoblación o la ‘malpoblación’ en algunas zonas. En segundo lugar las normas de construcción; en tercer lugar los componentes que entran en la construcción y la falta de educación y comunicación a la población» en esta materia, aseveró.

«Es un país que ciertamente no fue preparado», resumió.

En lo que tiene que ver con la reconstrucción, el Gobierno estableció un plan con una promesa de aporte de la comunidad internacional de casi 10.000 millones de dólares en tres años.

Sobre el mecanismo de transparencia que se establecerá para hacer frente a eventuales acusaciones de corrupción, Bellerive afirmó que «hay un problema de percepción y una realidad. Existe un problema de credibilidad básicamente».

Citó el ejemplo de «un proveedor de fondos» que «anuncia que desde el 12 de enero gastamos mil millones de dólares en Haití. ¿Cómo calculó estos mil millones?», se preguntó.

«Cuando una ONG americana pide un 25 por ciento de comisión para sus gastos de gestión y no hay concurso para nombrarla, no sé cuánto dinero recibió para hacer qué y dónde. Eso quiere decir que no hay transparencia», opinó.

Bellerive estimó que se hizo mucha publicidad en torno a los 5.100 millones de dólares prometidos para los próximos 18 meses, pero «en el mismo período, sin plan, las ONG ya recibieron 3.000 millones» sin que «nadie les pida cuentas».

«Nadie fue a plantear cuestiones a la Cruz Roja, que tiene actualmente más de mil millones en sus manos», insistió.

«El sistema de transparencia debe ser para todo el mundo», declaró Bellerive, después de asegurar que en el documento que su Gobierno sometió a los proveedores se puede ver todo lo que se planea hacer con el dinero.

En el ámbito interno, Bellerive espera «una movilización global» en torno al plan de reconstrucción.

En cuanto a las fuerzas políticas que critican este plan, afirmó que «nadie podrá movilizarse en torno a la división, sino sobre acciones concretas» y agregó que los sectores opositores quieren solamente su «muerte política» y la del presidente René Préval. EFE

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