Dijo que pretende movilizar a todas las fuerzas de seguridad de la nación en la lucha contra la violencia que generan estos grupos
El primer ministro haitiano Ariel Henry señaló el viernes que quiere movilizar a las fuerzas armadas de Haití para ayudar a la Policía Nacional a combatir a las crecientemente poderosas pandillas.
Durante una visita a la sede de las Fuerzas Armadas haitianas, Henry dijo que pretende movilizar a todas las fuerzas de seguridad de la nación en la lucha contra la violencia que generan estos grupos delictivos.
Hizo sus comentarios en un momento en que Haití y algunos funcionarios de las Naciones Unidas siguen presionando a la comunidad internacional para que despliegue soldados extranjeros con el fin de que ayuden a frenar la violencia generalizada.
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“Lo que estamos viviendo hoy no es una broma”, manifestó Henry.
Jean Robenson Servilius, que trabaja en la oficina de prensa del Ministerio de Defensa de Haití, confirmó a The Associated Press que los funcionarios están trabajando en planes para activar a los militares. Dijo que las Fuerzas Armadas cuentan actualmente con unos 2.000 soldados y están reclutando a más. Han sido entrenados por expertos de Argentina, México y Colombia, añadió.
Robenson dijo que no podía proporcionar más detalles.
Las fuerzas armadas de Haití fueron disueltas en 1995 luego de que participaron en varios golpes de Estado y fueron acusadas de otras injerencias políticas. El presidente Jovenel Moïse las restableció en 2017 después de que la ONU puso fin a su operación de mantenimiento de la paz en Haití. Moïse fue asesinado en 2021.
Desde entonces han desempeñado un papel limitado, que incluye brindar protección al primer ministro.
“¿Estamos dispuestos a trabajar mano a mano con la fuerza policial en la lucha contra la inseguridad?”, preguntó Henry durante su visita a la sede militar. De momento no estaba claro cuándo sería reactivado el ejército, cuántos soldados serían convocados ni qué papel desempeñarían. Pero Henry destacó que su ayuda era necesaria.
Las pandillas controlan el 60% de la capital.