Bagdad, Irak. EFE. El primer ministro saliente de Irak, Nuri Al Maliki, se negó ayer a dejar su cargo salvo que lo ordene una resolución del Tribunal Federal, cerrando así el paso a una renovación política que pretende liderar el jefe de Gobierno designado, Haidar al Abadi. A pesar de las demandas de dentro y fuera de Irak y del nombramiento de un nuevo primer ministro por parte del presidente, Fuad Masum, Al Maliki se aferró al poder y pidió este miércoles a todos los bloques políticos que rechacen esa “violación de la Constitución».
El chií Al Maliki, durante su discurso semanal televisado, también pidió a todas las partes que se comprometan con la ley y la Constitución “para no causar más disturbios».
Precisamente para calmar la situación de violencia que vive actualmente el país, distintas voces nacionales e internacionales le han pedido a Al Maliki que renuncie a su puesto, entre ellas Estados Unidos y el máximo clérigo chií, Ali al Sistani.
“Al Maliki es un símbolo de la división entre suníes y chiíes”, dijo hoy a Efe el responsable de relaciones internacionales de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), Sadi Pire.