Primer ministro iraquí presentará programa
de reconciliación nacional

Primer ministro iraquí presentará programa <BR>de reconciliación nacional

Por Mona Salem
BAGDAD,  (AFP) – El primer ministro iraquí Nuri al Maliki se dispone a presentar el domingo ante el Parlamento su iniciativa de reconciliación nacional que ha recibido ya la aprobación de los más altos dirigentes del Estado, entre ellos el presidente Jalal Talabani.

Anunciada el 14 de junio, el mismo día del lanzamiento de un plan de seguridad para Bagdad y su región, la iniciativa fue ya objeto de un debate en el seno de las instancias dirigentes iraquíes.

 Maliki había recalcado que la iniciativa debía ser paralela a la lucha contra la violencia e implicaba la posibilidad de dialogar con los rebeldes que quieran sumarse al proceso político.

Esta posición fue confirmada el miércoles por el presidente Jalal Talabani, un kurdo.

 «Nos pusimos de acuerdo sobre el hecho de que esta iniciativa incluiría a todos los iraquíes, incluidos los alzados en armas que no hayan cometido graves crímenes», había declarado Talabani tras consultas con Maliki, un chiita, y con el jefe del Parlamento, el sunita Mahmud al Majadani.

«Ello mejorará la atmósfera política y dará esperanzas a muchos de que Irak se encuentra en vísperas de una auténtica reconciliación nacional», dijo.

Pero incluso antes de conocerse los detalles, la iniciativa ha desatado reacciones encontradas.

Diputados chiitas, que atribuyen al primer ministro la intención de amnistiar a los autores de hechos violentos, llamaron a fijar criterios estrictos para las personas que podrían beneficiarse.

Del lado sunita se estima que es necesario ampliar la amnistía al máximo y controlar a las milicias armadas.

El diputado kurdo Mahmud Osman resumió bien el debate al estimar que los chiitas temen que «algunos terroristas» recobren la libertad y que cesen las purgas de elementos del disuelto partido Baas, mientras que los árabes sunitas estiman que se necesita, prioritariamente, resolver el problema de las milicias armadas chiitas a las que acusan de actos de violencia.

Maliki no ha cesado de insistir en su intención de resolver el problema de las milicias, estimando que las armas deben estar únicamente en manos de los servicios de seguridad, pero debe tener en cuenta las resistencias.

Además, el plan de seguridad no ha logrado hacer que cese la violencia en la capital, donde este sábado un ataque contra la Policía causó heridas a ocho personas.

En el resto del país, ocho personas murieron, entre ellas el jefe de los servicios de inteligencia de la Policía en la ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte de Irak.

De su lado el ejército de Estados Unidos anunció este sábado la muerte de tres de sus soldados, lo que elevó a una docena las pérdidas norteamericanas en una semana.

Durante los días pasados murieron una docena de militares estadounidenses en Irak, incluidos dos soldados secuestrados y ejecutados al sur de Bagdad.

Con estos decesos ascienden al menos a 2.515 el número de militares estadounidenses muertos en Irak desde la invasión de marzo de 2003, según un recuento establecido por la AFP a partir de cifras del Pentágono.

En Tikrit, antiguo feudo del derrocado presidente Saddam Hussein al norte de Bagdad, decenas de personas se manifestaron para exigir la liberación de un religioso sunita, el jeque Jamal Abdel Rahman al Dabban, detenido en la mañana por soldados estadounidenses

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