Primer Seminario sobre el Pensamiento Antillanista

Primer Seminario sobre el Pensamiento Antillanista

POR ÁNGELA PEÑA
«Me ha llamado mucho la atención, cada vez que participo en una conferencia o seminario sobre este tema, la poca importancia que se da a la nación haitiana en el desarrollo de la visión antillanista. Haití siempre aparece como una simple referencia que sirve de catalizador a la abolición de la esclavitud en el hemisferio occidental».

Jean Ghasmann Bissainthe expuso la queja al desarrollar una ponencia sobre «La visión antillanista desde la perspectiva haitiana» en el Primer Seminario sobre Pensamiento Antillanista, celebrado en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo el pasado mes de diciembre con la participación de reconocidos intelectuales cubanos, puertorriqueños y dominicanos que analizaron los lazos históricos de unión, solidaridad, identidad, así como las opresiones y defensas comunes de los caribeños desde el alzamiento del cacique Hatuey hasta la revolución de abril de 1965.

Cuando se habla del antillanismo, agregó, «siempre se suele hacer referencia exclusivamente a los países hispanohablantes del Caribe, como Puerto Rico, República Dominicana y Cuba. Los discursos se focalizan sobre Betances, Hostos, Espaillat, Luperón, José Martí, Máximo Gómez», significó Ghasmann, confirmando haber comprobado esa actitud en los disertantes que le precedieron.

Sin embargo, «hay que decir que desde el punto de vista de la geopolítica, Haití ha jugado un papel estelar en el proyecto antillanista. Primero, dicho proyecto fue concebido desde una visión de confederación insular, desde una perspectiva de unidad dominico-haitiana. En otra palabra, se inscribió dentro de una óptica geopolítica, de seguridad insular», adujo el profesor.

Tras destacar que el gesto de independencia haitiana hay que verlo como una respuesta antiimperialista de cualquier bandera, fuese francesa, inglesa o española, el intelectual haitiano manifestó que su país, ahora en el bicentenario de su independencia, presenta dos caras distintas: una «gloriosa, porque triunfó la Revolución Haitiana al lograr rescatar la dignidad del hombre negro» y otra «miserabilista» porque «el país nunca ha podido salir de sus atrasos y de otras inconveniencias históricas».

Ghasmann analizó las ideas libertarias de Toussaint Louverture y resaltó que lo más importante de su constitución fue el artículo primero, que consagró la indivisibilidad de la isla. Lamentó que ese apartado haya traído «muchos perjuicios y controversias en el seno de la intelectualidad dominicana y haitiana», ya que la razón primordial de su pensamiento, observó, «era la creación de una confederación dominico-haitiana para garantizar la independencia y la soberanía de la isla. Era como un contrapeso contra las permanentes amenazas de invasión de los imperios europeos y contra las ofertas engañosas de libertad prometidas por algunos a los esclavos», expresó.

En su extensa conferencia en la que detalló acontecimientos importantes del pasado haitiano, el historiador aseveró que «a pesar de todo lo que se le puede reprochar a Boyer, hay que afirmar que su ocupación de la parte oriental de la isla confirmó la creación de una especie de confederación, ya que hubo diputados dominicanos en el parlamento haitiano que representaban los intereses de la parte oriental, como también Boyer creó una armada en la parte oriental compuesta de militares dominicanos bajo la supervisión del general Desgrottes». No identificó a los diputados y militares dominicanos.

LA MASONERÍA: UNA PRÁCTICA HAITIANA

Según él, todos los asuntos de masonería del ayer fueron «una práctica haitiana y francesa porque originalmente esa asociación nació en Francia y se importó en Haití y en República Dominicana». Comunicó que durante la ocupación de Boyer a Santo Domingo no hubo resistencias y agregó que los héroes dominicanos se sublevaron «cuando él emprendió la fuga hacia Francia».

«Después de la independencia dominicana, los presidentes Hérard, Pierrot y Soulouque, aunque eran contrarios a la política internacional de Boyer, coincidieron en su visión internacional. Las luchas que ellos emprendieron para reintegrar la parte oriental eran feroces. Pero fue Soulouque quien defendió con más ahínco la importancia del Este para la supervivencia de Haití. En aquel tiempo había muchas intromisiones de los imperios europeos en los asuntos de la isla y por razones estratégicas y geopolíticas era indispensable la reintegración dominicana a Haití», enfatizó Ghasmann Bissainthe.

Refirió el pensamiento favorable respecto a Haití de figuras relevantes dominicanas, como Ulises Francisco Espaillat, que afirmaba que los problemas de guerra con Haití eran «cosas del pasado» y al concentrarse en el triunfo de los dominicanos contra la anexión a España afirmó que «la primera idea que nació en la Hispaniola después de la restauración era la creación de la liga antillana» por la que propugnaron, en su opinión, liberales dominicanos y haitianos como Espaillat, Luperón, Cabral. Geffrard, Nissage Saget» y eso, para Ghasmann, «fue iniciativa haitiana porque el pueblo haitiano estaba dispuesto a sacrificarse para unirse a la República Dominicana» y «preservar su independencia, que fue amenazada en varias ocasiones por los países imperialistas».

Aseguró que Geffrard ayudó a los liberales y nacionales dominicanos con hombres, armas y municiones durantes las guerras restauradoras y a continuación se basó en las reflexiones y aspiraciones del político e intelectual Antenor Fermín para sus ponderaciones finales, como la afirmación de que «el mulato es inteligente como el hombre blanco; sin embargo, no hereda sus actitudes intelectuales solamente de sus parientes blancos porque la inteligencia es el patrimonio común de la especie humana entera».

Tocó el discurso de la negritud y dijo que éste le ha hecho mucho daño «a las generaciones posteriores que han mantenido unos prejuicios raciales casi sistemáticos con respecto a otros países del Caribe, especialmente con República Dominicana por la matanza de 1937 y las condiciones de los trabajadores haitianos agrícolas en los cañaverales dominicanos».

«En la República Dominicana se dio también el mismo fenómeno con respecto a Haití debido a la política ultra nacionalista del gobierno de Trujillo que se originó a partir de una ideología racista, un anti-haitianismo a ultranza y puesto en práctica con la política de dominicanización fronteriza. Esas actitudes constituyen un duro golpe a lo que se había logrado entre los dos países durante la segunda mitad del siglo XIX», añadió.

Señaló que todavía hay un sector de la intelectualidad dominicana «que intenta despertar las viejas conjeturas ideológicas nacionalistas mediante un discurso desfasado y contradictorio» y reiteró que Fermín trató de redefinir la noción de la identidad haitiana en términos de geografía regional, y lo reprodujo al plantear las angustias y nostalgias del haitiano del exilio, del aislamiento, que describía como una roca en el medio de un inmenso océano. Escribió: «Hay que tener en cuenta la ubicación geográfica de Haití en el Caribe y la necesidad de recordar que estamos todos en el medio del mar Caribe. Pues, es imposible quedarnos indiferentes frente a las aspiraciones y los sueños que están tomando sus formas reales frente a nosotros».

En el encuentro, organizado por el área de Ciencias Sociales, que dirige la licenciada Reina Cristina Rosario Fernández, los dominicanos expusieron sobre los siguientes temas: La construcción antillanista: Insinuaciones para una Geopolítica Rebelde, por José Antinoe Fiallo: Ramón Emeterio Betances, Prócer de Puerto Rico visto desde la República Dominicana, por Carmen Durán: José Martí: contribuciones antropológicas de un viaje a Santo Domingo, por José Guerrero.

El doctor Félix Ojeda, director del Centro de Estudios del Caribe de la Universidad de Puerto Rico, ofreció una conferencia sobre Betances, Meriño, Luperón: Profetas de la Antillanía. Combatientes de nuestra libertad, y Antonio Gaztambide, del mismo centro de estudios desarrolló el tema: La Geopolítica del Antillanismo a fines del siglo XIX.

Además agotaron exposiciones José Luis de La Tejera Gali, profesor titular del Instituto Superior Pedagógico Frank Pais García y presidente de la Sociedad Cultural José Martí, de Santiago de Cuba: José Martí ante las circunstancias de la globalización Neoliberal contrarias a la Identidad Nacional; Joel James, director de la Casa del Caribe y del Ministerio de Cultura de Santiago de Cuba se enfocó en «Máximo Gómez, hombre de las Antillas; Karin Weyland expuso sobre «Producción del conocimiento y el discurso colonial a través de la fotografía en el Caribe Hispánico 1898-1940».

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