Primer tratamiento preventivo contra el VIH divide a comunidad gay

Primer tratamiento preventivo contra el VIH divide a comunidad gay

WASHINGTON.  El uso del primer antirretroviral para prevenir el VIH divide a la comunidad homosexual, donde muchos temen que motive comportamientos riesgosos.  

Para las autoridades sanitarias y militantes de la lucha contra el sida, el Truvada del laboratorio Gilead Sciences, autorizado por la Agencia estadounidense para el control de los medicamentos (FDA) en 2012, puede retraer la cantidad de nuevas infecciones, que alcanzan unos 50.000 casos anuales desde hace unos 20 años.

Pero para los críticos del medicamento -que es una combinación de dos antiorretrovidales- la píldora podría llevar a la disminución del uso de preservativos, agravando una epidemia que afecta a 1,1 millones de personas en Estados Unidos y provoca 15.000 muertes por año.

«Es un tema controvertido y que divide más de lo que hubiera imaginado», destaca el doctor Ray Martins, responsable médico de la clínica Whitman-Walker.

El Truvada, que debe ser consumido diariamente, cuesta entre 1.200 y 2.000 dólares por mes -una suma usualmente cubierta por las aseguradoras de salud -, destacó. Sus efectos secundarios, como las nauseas, son poco comunes.

Disponible para el tratamiento de seropositivos, fue aprobado en 2012 por las autoridades sanitarias estadounidenses como tratamiento preventivo, para personas seronegativas con parejas seropositivas y para adictos que se inyectan droga.

Este método preventivo contra el VIH es llamado PrEP o pre-exposición profiláctica, y combina emtricitabina y tenofovir para luchar contra una enzima que el virus necesita para reproducirse.

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