La primera dama de la República, Cándida Montilla de Medina, consideró ayer que con la muerte del modisto de alta costura Oscar de la Renta, el país no solo pierde a un profesional brillante y laureado en distintos escenarios del mundo, sino, esencialmente, a un gran ser humano de inconmensurables condiciones.
Expresó que De la Renta deja a su paso por la tierra una estela de gloria, bendiciones y solidaridad, lo cual debe hacer vibrar la sensibilidad y el orgullo de los dominicanos.
“Agradezco a Dios haberme permitido compartir con él muchos de sus triunfos profesionales y haber figurado en la selecta lista de personalidades del mundo a quien vistió con calidad y entusiasmo, pero, sobre todo, de ofrecerme la oportunidad de conocer al gran ser humano que fue”
Manifestó que no solo consolidó su nombre a lo largo de la historia como símbolo del mundo de la alta costura, de dominicanidad, de un hombre que amó intensamente a su Patria.