Cuando un paciente acude por primera vez al neurólogo, se le debe cuestionar sobre el tiempo que tiene la cefalea, la frecuencia con que se presenta, si evoluciona en crisis, si es persistente, si es progresiva, la hora del día en que se torna peor, posición del cuerpo en que mejora o empeora, gradación del dolor en un margen de 1 a 10. Signos u otros síntomas que la acompañan.
Historia de las patologías anteriores, si tiene familiares que la sufran. En todo caso debe hacerse una rutina de laboratorio amplia.
Estudios de imágenes. Si no hay ningún signo neurológico acompañante, bastará una tomografía computada de cráneo, pero si el examen muestra algo anormal o la clínica se inclina a patología en fosa posterior, se indica con resonancia magnética de cráneo.
Pruebas. Debe incluirse en los estudios de laboratorio: anticuerpos antinucleares, títulos de anticuerpos microsomales de la tiroides, biopsia de arteria temporal y en muchos casos se indica punción lumbar. Dependiendo de los hallazgos en el historial y el examen físico se indicarán otros estudios.