Primera fase del acuerdo comercial China – EE.UU.

Primera fase del acuerdo comercial China – EE.UU.

Horas antes de que el 15 de diciembre entraran en vigor aranceles adicionales contra productos chinos y la consecuente represalia de China, se anunció un acuerdo preliminar para detener la agudización del enfrentamiento. Si perfilados los protocolos correspondientes finalmente se rubricase el acuerdo considerado como “primera fase”, se reducirían en miles de millones de dólares en aranceles evitando una nueva batería de los mismos, por ambas partes, perjudicando el desenvolvimiento de sendas economías y una presión sobre los consumidores y, de hecho, un alivio para la tensión económica global. El tratado – cuyos pormenores más específicos no se han anunciado oficialmente – establece reducciones del 50% sobre aranceles de 15% aplicados a 165 mil millones importados desde China y reducción progresiva sobre los impuestos a otros 250 mil millones de exportaciones chinas y Beijing incrementaría compras agrícolas y otras a EEUU dando mayores garantías sobre transferencias de tecnología y propiedad industrial y ampliaría el acceso a su mercado.
Mientras Washington anunciaba que se trataba de un “gran acuerdo” los chinos precisaban que el mismo se basaba en principios de “igualdad y respeto mutuo” beneficiando a todos. Se puede entender entonces que es un resultado sustentado en el principio “ganar-ganar”, que significa que beneficia a las dos partes y no en “ganar-perder” que con medidas de fuerza una de las partes pretendería imponer sus condiciones a la otra.
El acuerdo hay que verlo en el contexto de los orígenes de la confrontación: el gran déficit comercial de EEUU en el intercambio con China. La conciliación se anunció 48 horas antes de que las partes elevasen aranceles en 15% sobre 165 mil millones importados desde China y 75 mil desde EEUU (téngase presente que EEUU importa mucho más de China que esta de Washington). Urgíase una solución: para Beijing para quitar presión a la economía e igualmente para Washington, además de neutralizar los riesgos políticos derivados de un encarecimiento del mercado para los consumidores en un año electoral. Asimismo, el incremento acordado de compras agropecuarias chinas refuerza una base electoral de Trump. Efectivamente, se espera que lo alcanzado comprenda aumentos de compras chinas de productos agrícolas, energéticos, farmacéuticos y de servicios. La nueva ronda arancelaria norteamericana afectaría bienes de consumo como televisores, celulares y otros todos de gran demanda popular y ello en el periodo de compras navideñas, políticamente inoportuno. El conflicto ha estado neutralizando la profunda reducción impositiva corporativa introducida por Trump
Trascendió que el tratado precisa en 9 capítulos los compromisos respectivos así como la creación de un mecanismo de solución de disputas. Las respectivas instancias legales deberán revisar el documento y lo que serían las traducciones oficiales quedando por fijar fecha y lugar de la firma. EEUU estaría logrando mayor acceso al mercado chino, lo que es muy bueno para un futuro estable, y se alcanzaría una tregua en lo que se negocia el resto de los volúmenes arancelarios aplicados por ambos. Excelente para los dos. Buen camino si Washington no pretende imponer cambios al modelo interno chino. Comoquiera, en diciembre 2020 veremos que Estados Unidos mantiene su déficit comercial con China.

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