Primera mujer que gana el Premio Nobel de Economía

<P>Primera mujer que gana el Premio Nobel de Economía</P>

La profesora estadounidense Elinor Ostrom se convirtió ayer, a los 76 años, en la primera mujer en recibir un Premio Nobel de Economía, por sus teorías sobre la gestión de recursos naturales de manera sostenible y como bien común.

Washington. EFE. La estadounidense Elinor Ostrom se convirtió ayer, a los 76 años, en la primera mujer en recibir un Premio Nobel de Economía, por sus teorías sobre la gestión de recursos naturales de manera sostenible y como bien común.

Ostrom, profesora de Ciencias Políticas y codirectora del Taller de Teoría Política y Análisis de Políticas en la Universidad de Indiana en Bloomington, se ha dedicado al estudio de los modelos de toma de decisión en diversos marcos institucionales, desde los pequeños grupos sociales hasta las complejas redes gubernamentales.

Nacida en 1933 en Los Ángeles, Ostrom creció en una época de depresión económica, en una ciudad donde el agua dulce es un bien preciado, por lo que experimentó de primera mano el valor de los recursos naturales y la sostenibilidad desde niña.

Ostrom ha estudiado la forma de auto-organización y cómo se trabaja la gestión a nivel local para mantener los recursos comunes, ya sean naturales, como bosques o lagos; o creadas por el hombre, como pueden ser las fuerzas policiales y ha conseguido descifrar algunos patrones en la toma de decisiones que funcionan.

Con sus teorías, destacó el jurado del Nobel, Ostrom ha conseguido “desafiar la creencia convencional de que la propiedad común no está bien gestionada y debe ser regulada por las autoridades centrales o privatizadas».

Doctorada en ciencias políticas y fundadora del Centro para el Estudio de la Diversidad Institucional de la Universidad de Arizona, siempre se ha definido como una economista política, a la que le han apasionado estas dos materias que ha conseguido fundir entorno a sus teorías para mejorar la gestión de recursos.

Según recuerda un artículo de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), Ostrom entró en el equipo de debate en la escuela secundaria para superar un problema de tartamudez, donde aprendió a recitar poesía y algunas habilidades para superarla.

Pese a unos inicios difíciles pronto destacó en la discusión improvisada y se interesó por las discusiones políticas, disfrutaba defendiendo y escuchando las dos partes de las cuestiones políticas, por lo que no fue una sorpresa para su familia que se decantara por esta rama en la universidad.

Ostrom se licenció en 1954 de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y se trasladó a la costa este del país, donde estuvo tres años trabajando para un bufete de abogados en Boston (Massachusetts).

Sin embargo, no se sintió del todo integrada y volvió a su ciudad natal para retomar la universidad, en una época en la que pocas mujeres continuaban con sus estudios de posgrado y eligió la gestión del agua como tema de sus tesis.

En concreto, hizo referencia a un caso de 1945 en el que un grupo de ciudadanos se asoció para proteger las aguas subterráneas del sur de California que estaban sufriendo filtraciones de agua salada y consiguió en los tribunales un nuevo reglamento de protección del agua, lo que para ella fue un ejemplo de cómo individuos dispares son capaces de unirse para proteger un recurso común.

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