El arte público es un tema que, aparentemente, no constituye una prioridad. Sin embargo, forma y expresión de arte, accesible a todos desde la calle, la plaza o la carretera, merecería una atención privilegiada.
No vale recordar las tristes vivencias de cemento u otros materiales, que en vez de perpetuar la memoria de los héroes, pueden sembrar la duda y confundir tanto sus físicos reales como sus mensajes patrióticos. Además, pese a tantos talentos dominicanos, ellos están casi ausentes de los encargos correspondientes.
Una de las pocas excepciones dentro de este vacío, fue una exposición permanente de pintura, convirtiéndose las cifras en cemento del parque Mirador Sur, bordeando las avenidas Cayetano Germosén y de la Salud, en portadoras de la creación de veinte artistas nuestros.
Los artistas magistrales se concentraron en la Avenida de la Salud, vía de mayor frecuentación por quienes pasean y caminan, y la recuperación de estos mustios “murales numéricos” es una primera etapa, hoy terminada.
Pronto, la secuencia de la Cayetano Germosén aprovechará ese remozamiento. La Alcadía del Distrito Nacional está al frente de tan feliz iniciativa, y el alcalde David Collado expresó convicción y entusiasmo al respecto.
Ahora bien, una gestora cultural, excepcionalmente dinámica, Verónica Sención, coordinó esmeradamente la producción de los murales, y también atiende la segunda fase del trabajo. Por cierto, se trata de una labor de equipo, y junto a Verónica, hubo y hay colaboradores bien preparados.
La suerte de los murales. La mayoría de los artistas habían tenido muy en cuenta las superficies a pintar: frente, lados, huecos, rectas, curvas, líneas a seguir. Previamente, debieron someter un boceto de la futura obra mural para su aprobación. Cada pintor recibió la ayuda de uno o dos asistentes en la fase de ejecución. Pero, ciertamente, transmitían la personalidad, el temperamento, el oficio del artista. Desde la primera mirada, sabíamos cuál era su autor…
Los monumentos, grandes o pequeños, situados al aire libre, requieren mantenimiento en vano, expuestos a la inclemencia de lluvia, viento y temperatura. Luego, probablemente el soporte no fue objeto de una preparación especial, y la capa pictórica provino de pigmentos industriales. La conservación de la “brillantez” original por mucho tiempo era pura ilusión…
Restauración y renovación. La degradación natural se agrava por el vandalismo y las prácticas destructoras, aunque por juego o grafiti: son fenómenos inevitables. Si la memoria no nos traiciona, los murales se pintaron a finales del 2005. ¡Casi tres lustros han transcurrido!
Una restauración se imponía, por respeto a las obras, a sus autores y al público. Ahora bien, seis de los diez pintores han fallecido: Guillo Pérez, Cándido Bidó, Aquiles Azar, Ángel Haché, Soucy de Pellerano, Tony Capellán. Por lo tanto, la restauración debía estar a cargo de otros artistas, y, exceptuando a Alberto Bass, ninguno de los “muralistas” vivos se encargó de esta delicada operación.
Ello nos permite comprender por qué, para varias obras, se trata de una recreación: en la terminología del proceso de apropiación, la calificamos ‘reinvención’ del modelo.
La restauración demanda investigación, observación, metodología para restituir las obras en su estado e imagen original. Aquí, trabajar con bocetos y fotografías de los murales acabados de pintar.
Igualmente, aparte de la repetición idéntica de figuras, formas, espacios, colores, la restauración aplica una técnica idéntica a la original, así en pinceladas y estilo. Aun cuando el restaurador era un artista y familiar próximo, tendió a ejecutar su propia obra –con excepción de Willy Pérez–.
Creemos que el único pintor que, personalmente, restauró su mural, fue Alberto Bass, a quien saludamos igualmente como verdadero rejuvenecedor de otros dos, hasta en estilo.
Por lo tanto, consideramos lógico que se haya señalado con la misma importancia, los nombres del artista primigenio y del (de la) restaurador(a), aunque tampoco lo podríamos identificar. ¿Quién reconocería a Iris Pérez en su reinterpretación de Ángel Haché?