Primeras observaciones sobre el XX Congreso del PCCh

Primeras observaciones sobre el XX Congreso del PCCh

Eduardo Klinger Pevida

El mundo ha estado pendiente del desarrollo del congreso de los comunistas chinos, interés justificado sobre la evolución de un país clave en la realidad global de nuestros días. Esa atención se aprecia en la cantidad de artículos que todos los principales medios del planeta le han estado dedicando, aunque, algunos, sustentados en narrativas que entremezclan imaginaciones, muy ideologizadas y comprometidas. Quienes nos centramos profesional y académicamente en el estudio y seguimiento del acontecer de un país relevante para el universo de hoy y de mañana, no especulamos: estudiamos. Unos se basan en prejuicios ideológicos o “políticamente correctos”, otros nos centramos en el análisis objetivo sin manipulaciones ni disquisiciones especulativas.

Aunque en lo esencial la ruta económica que ha diseñado el partido ya es conocida al estar plasmada en el XIV Plan Quinquenal 2021-2025, en ejecución, de las deliberaciones congrecionales se confirmarán políticas que se irán conociendo en las próximas horas. Una cosa está muy clara: China continuará comprometida con una apertura internacional de muy alta calidad.

Sustentado en elecciones preliminares competitivas, se eligió el Comité Central de 205 integrantes que en su primera reunión confirmó a Xi Jinping por otros 5 años; además fue electo el Buró Político de 25 miembros y su Comité Permanente de 7 líderes, máximo órgano de dirección partidario.

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En el discurso de apertura, Xi plasmó ideas claras que indican por dónde irá la acción del partido, sustentado en la nueva profundización de la estrategia de desarrollo dirigida a consolidar una economía de mercado socialista con un creciente nivel de apertura internacional y mayor articulación de la “economía dual”, basada en el estímulo e interacción de la economía interna e internacional. Resalta el compromiso a la “modernización”.

Se introdujeron algunas enmiendas de carácter ideológico y ético a la Constitución del partido, centradas en reforzar y adecuar el criterio marxista a la realidad contemporánea del Siglo XXI y en correspondencia con las tradiciones milenarias del pueblo chino. La instancia institucional disciplinaria reforzará la lucha contra toda manifestación de corrupción, una de las prioridades emprendidas por Xi Jinping. En sus primeras declaraciones Xi señaló que el Partido se encuentra enfrascado en una “revolución interna”.

Por primera vez se incluyó en estatutos el compromiso partidario a oponerse «resueltamente” a quienes buscan la ‘independencia de Taiwán'».

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