El apresamiento, expulsión violenta de centros de salud, y deportación de algunas parturientas haitianas, de parte de autoridades de Migración, y las desafortunadas declaraciones del ministro de Interior y Policía sobre esta cuestión, nos hacen recordar el siempre esperanzador y memorable canto de campaña de Peña Gómez, candidato presidencial del PRD en 1996: primero la gente.
Sí, porque las acciones contra esas parturientas exacerban el odio del ultranacionalismo xenofóbico que, en ambos lados de la frontera, difunden algunos. Porque fortalecen el conservadurismo social y político en el país y acentúan el sostenido distanciamiento frente al gobierno de importantes sectores que, en esencia lo favorecen.
Para justificar sus acciones, las autoridades sanitarias han publicado una serie de datos sobre los supuestos costes de la asistencia a parturientas haitianas, que han sido rebatidos con seriedad y contundencia. Por diversos medios se divulgan informaciones falsas sobre el gasto del Estado dominicano en partos a la población extranjera. Estudios serios, utilizando como fuente al Servicio Nacional de Salud, establecen que los partos a la población extranjera sistemáticamente registrados fueron 27,997, que representa un 23.7%, no el 40% que dicen las autoridades sanitarias. Además, de esas “extranjeras” no todas son haitianas, muchas son dominicanas de origen haitiano. De los 10 mil millones de pesos, que se dice gastó en Estado en parturientas extranjeras, esos estudios establecen que es menos de la mitad.
A propósito de esos “gastos”, es pertinente referirse al aporte de la mano de obra haitiana al Producto Interno Bruto de la RD, el cual, según la Encuesta Nacional de Inmigrantes es de 7,41, a lo que se suma el 1.28, que aportan los de origen haitiano nacidos aquí y agregarle el aporte de los trabajadores informales en los servicios domésticos, etc. De igual manera, según el Centro de Estudios económicos Sociales de la PUCMM, Padre Alemán, las exportaciones dominicanas a Haití fueron de US$1,835.33 millones y las importaciones US$7.62 millones. Balance: RD 99.59%, Haití 00.41%. Por consiguiente, si de “gastos” hablamos, hablemos también del aporte de la mano de obra haitiana a nuestra economía.
Sobre el tema de la expulsión de las parturientas, dice el ministro de Interior y Policía que lo primero que hay que defender es la Patria. Cierto, pero matizar, solo en estado de guerra o amenazada por un ejército extranjero se restringen algunos derechos ciudadanos.
Acciones contra haitianas exacerban odio del ultranacionalismo
Aportes de mano de obra haitiana a nuestra economían son importantes
Exportaciones de RD a Haití superan por mucho las importaciones