Primero la trampa

Primero la trampa

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Resulta difícil entender cómo es que el gobierno pretende, con una palabrita suelta aquí, una floritura allá y un medio pasito cortado de bachata, engañar a todo el mundo con el asunto del préstamo con la Sun Land.

Este es un caso de aquellos en que la gente mientras más habla más profundo cava su tumba.

Dado el escándalo el gobierno ha ofrecido explicaciones tan simples como que el gobierno anterior realizó operaciones similares, como un modo de hacer bueno el refrán que dice: mal de muchos, consuelo de tontos.

Si el gobierno anterior realizó operaciones similares sin que las mismas fueran discutidas y sancionadas por el Congreso Nacional, se procedió incorrectamente. Repetir lo malo no lo convierte en bueno.

Hay un empeño en discutir el asunto en el terreno constitucional aunque hay mucha tela por donde cortar en lo que se refiere a esa operación.

El bombardeo de informaciones económicas dice que los bancos sólo pueden prestar un porcentaje tan bajo de sus depósitos que tienen un exceso de dinero en sus bóvedas y lo resuelven depositando el exceso en el Banco Central, por supuesto, ganando intereses mayores que los que pagan a sus clientes.

Si la banca nacional tiene tal exceso de liquidez, ¿era tan difícil que el gobierno obtuviera el préstamo de unos cuatro mil millones de pesos con un pool de bancos nacionales? Así ganaría el banco, los intereses se quedarían en el país, en pesos y se dinamizaría la economía.

¿Por qué hacer un préstamo como ése con una empresa extranjera en moneda extranjera? Un mal pensado me dijo: «las comisiones en dólares se depositan en bancos extranjeros y son más difíciles de rastrear».

¿Se realizaron concursos para la adjudicación de las obras o se asignaron para seguir la tradición y beneficiar amigos, conmilitones y validos, algunos de los cuales resultan bien agradecido$?

El primer primero, como diría el Men, Jorge Puello Soriano, es que se contrató un número de obras y, de pronto, cuando se denuncia el negoción, se enmienda el acuerdo y se disminuye el número de obras.

No se sabe cuál era el monto de cada obra y si lo que dice el presidente Fernández, en cuanto a costo de las obras en ejecución, se ajusta a los presupuestos, los cuales también son desconocidos, dada la falta de transparencia y el velo de misterio y marrulla que ha rodeado la operación.

Se ha dicho que el gobierno ejecuta las obras con fondos propios, ya que los montos para algunas de esas obras están consignados en la Ley de Gastos Públicos.

Dada mi orfandad en demasiados asuntos, desconozco si es bueno y legal que se contraten préstamos para obras del Estado y, por otro lado, se usen fondos del Estado para ejecutar las mismas. De ser así ¿dónde han ido a parar los dineros del préstamo? No sé cómo se llaman operaciones financieras de ese jaez.

¿A qué me refiero?

El gobierno sí compromete al Congreso Nacional cuando el presidente Fernández confiesa, como si no fuera nada, que el préstamo con la Sun Land será pagado con cargo a los presupuestos del 2008 y del 2009.

¿En qué quedamos, tiene o no tiene el Congreso Nacional que intervenir en ese préstamo y cualquiera otro similar? ¿Es o no es inconstitucional la operación?

En ese asunto, ¿cabe parafrasear el refrán, e invertirlo para que se lea? en este gobierno primero se hace la trampa y luego se hace la ley.

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