Primero lo primero

Primero lo primero

Un grave problema que tiene el país es que muchos de nuestros bachilleres llegan a las universidades con mala formación porque fueron enseñados por profesores que, en su oportunidad, fueron también muy mal formados. Y a esa fuente redundante de incapacidad había que salirle al paso como un prioridad en el proceso de mejoramiento de la enseñanza. Por eso es sumamente importante la normativa para el estudio y la enseñanza de la pedagogía, aprobada el viernes por el Consejo Nacional de Educación Superior Ciencia y Tecnología.

La pedagogía se convirtió en algún momento en el refugio de muchos jóvenes sin una vocación académica definida, entre otras razones por la aparente facilidad para encontrar trabajo en el campo de la educación. De ese modo fueron a parar a las aulas, como educadores, muchos profesionales deficientes que no podían producir otra cosa que estudiantes con grandes lagunas de conocimiento elemental.

Debido a eso, uno de los primeros pasos de la reforma educativa era crear las condiciones para una buena formación de educadores. Las nuevas normas, que deberán ser reforzadas por medio de una revisión cualitativa del currículo de la enseñanza de pedagogía, deberá romper el círculo vicioso que por mucho tiempo ha sido causante de la pobre calidad de la enseñanza.

Acuerdo contra  cambio climático

En París ha tenido lugar la firma de un acuerdo sin precedentes. Es la primera vez que 195 países se ponen de acuerdo en la necesidad de salvar la vida en el planeta. El punto central es trabajar para evitar que el calentamiento global aumente dos grados centígrados. El acuerdo es jurídicamente vinculante para todos los países firmantes y deberá ser refrendado por unas 50 naciones mayores productoras de los gases de efecto invernadero que sobrecalientan el planeta.

Para poner en práctica las iniciativas necesarias para “enfriar” el planeta hay previstos fondos cercanos a los US$100,000 millones destinados a los países en desarrollo a partir de 2020. De este acuerdo sin precedentes dependerá la continuidad de la vida de millones de personas que residen en zonas vulnerables al derretimiento de los hielos polares. Es asunto de vida o muerte.

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