Primeros auxilios: qué hacer si su niño se asfixia con un cuerpo extraño

Primeros auxilios: qué hacer si su niño se asfixia con un cuerpo extraño

En la desesperación que embarga a un padre cuando ve a su hijo asfixiado se cometen muchos errores, principalmente si desconoce cómo actuar.

En estos tiempos de fiestas, en los que los niños están en contacto con objetos pequeños que le pueden atragantar y obstaculizar sus vías aéreas (dulces, granos, nueces, o piezas de juguetes) es más importante que nunca aprender a manejar un evento de asfixia por aspiración de cuerpo extraño.

Doctor Edgar Allan Vargas

Doctor Edgar Allan Vargas

El pediatra Edgar Allan Vargas, intensivista e instructor de reanimación cardiopulmonar pediátrica básica y avanzada, nos da las pautas.

Primeras señales. Cuando un cuerpo extraño entra en las vías aéreas del niño, este reaccionará de inmediato con un acceso de tos, un mecanismo de defensa del cuerpo para expulsarlo, y que puede ser incluso más efectivo que cualquier maniobra que realice un reanimador.

“Si el niño no tose, o si la tos no es efectiva, o fuerte para expulsar el objeto, fácilmente en poco tiempo se producirá la asfixia”, advierte Vargas.

El atragantamiento, sea con comida o algún juguete, se producirá primero con “dificultad para respirar de inicio rápido, seguido de tos, náuseas y ruidos estridentes al respirar”.

El pediatra aclara que debe descartarse primero que el niño no esté padeciendo ninguna enfermedad que pueda presentar síntomas similares.

Si el niño no está enfermo, entonces debe sospechar asfixia por aspiración de cuerpo extraño.

Qué hacer. “Si tiene tos eficaz, sólo animar para que siga tosiendo hasta expulsar el objeto. Si la tos es, o se está haciendo ineficaz, pedir ayuda, valorar su estado de conciencia e iniciar las maniobras básicas para ayudar la expulsión”, señala el galeno.

Si es un niño pequeño o lactante: Colocar el niño boca abajo sujetándolo con un brazo para que la gravedad ayude a expulsarlo.

Luego sujetar la cabeza del bebé por los ángulos de la mandíbula, sin comprimir las partes blandas del cuello. Golpear con el talón de la mano libre, unas 5 veces la espalda, en medio de los omóplatos.

Hacer esto hasta conseguir la expulsión.

Si el niño es mayor y no responde a los golpes en la espalda,  colóquese a su espalda y comprima su abdomen de esta manera. Esta técnica es conocida como maniobra de Heimlich.

Si el niño es mayor y no responde a los golpes en la espalda, colóquese a su espalda y comprima su abdomen de esta manera. Esta técnica es conocida como maniobra de Heimlich.

Si es un niño mayor: Colocar el niño de espaldas con la cabeza hacia abajo, si lo puede asegurar con una mano, abrir la boca y sujetar la cabeza como se comentó anteriormente.

Si es mayor y los golpes en la espalda no son suficientes, realizar las compresiones abdominales. Colocándose detrás del niño, poniendo los brazos debajo de las axilas, abrazando su torso. Con el puño cerrado, se coloca entre el ombligo y su apéndice xifoides. Con la otra mano, se abraza el puño y se comprime de forma brusca hacia atrás y arriba. Esto se repite unas 5 veces.

Esta maniobra no se hace en niños pequeños o lactantes y se debe tener cuidado de no hacerlo sobre las costillas, podrían fracturarlas.

Si el cuerpo extraño no se ha expulsado y el niño está consciente, se repite todo hasta que lo expulse. Siempre pida ayuda.

Si el niño está inconsciente o pierde la conciencia durante las maniobras, colóquelo en una superficie plana, siempre con ayuda a una segunda persona.

Explore la boca, para ver si el cuerpo extraño está visible y puede extraerlo con el barrido de un dedo. Nunca lo haga a ciegas, puede impactar el objeto y hacer más difícil la extracción.

Asegure su cabeza y abra la boca para iniciar respiración boca a boca (5 respiraciones seguidas). Compruebe que su tórax se expande o si hay respuesta de tos o respiración espontánea.

Si no hay respuesta, se deben iniciar compresiones torácicas, con una relación de 15 compresiones torácicas en la parte media del esternón (entre las dos mamas), seguidas de 2 insuflaciones boca a boca.

Después de cada compresión visualice la boca para ver si el objeto ya se puede extraer.

Si aun no responde, repita el proceso hasta que lo expulse o tenga ayuda de algún paramédico o conocedor de maniobras de reanimación.

“Tal vez, evitando las cosas que provoquen esos accidentes de aspiración en nuestros niños, no viviremos esa angustia ni tendremos que recurrir a hacer cosas incorrectas por desesperación”, concluye Vargas.

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