Primeros reportes de chikungunya en América

Primeros reportes de chikungunya en América

El 10 de diciembre del año recién pasado, la Organización Mundial de la Salud –OMS- informó que dos laboratorios de referencia para arbovirus en Marsella, Francia, confirmaron, por la prueba de reacción en cadena de la polimerasa–PCR-, dos casos de cinco personas que habían adquirido la enfermedad de chikungunya autóctono en la parte francesa de la isla de San Martín, en el Caribe.

Un brote de dengue ha estado afectando a los pobladores de la isla de San Martín desde enero del 2013. Lo más novedoso del problema fue que cinco personas resultaron sospechosas de padecer chikungunya porque presentaban, desde el 18 de noviembre del mismo año, dolores en las articulaciones y fiebre habiéndose excluido el dengue. Hasta ese momento se habían confirmado dos casos, de cuatro que se sospechaba y en veinte se consideraron probables de haber contraído esta nueva enfermedad en las Américas.

La enfermedad de chinkungunya raramente es fatal. Es de origen viral transmitida a las personas, como sucede con el dengue, a través de las mosquitas Aedes aegypti o el Albopictus. Estas dos especies de mosquitos habitan nuestro territorio al igual que en todo el continente americano.

Las manifestaciones clínicas de chikungunya incluyen fiebre alta, dolor de cabeza y dolores muy significativos de las articulaciones o coyunturas, especialmente las rodillas y las muñecas que pueden persistir por varias semanas y algunos casos con deformidades de éstas. Las manifestaciones clínicas aparecen a los cuatro a siete días de haber sido picada la persona por una mosquita con el virus.

No existe tratamiento específico – al igual que el dengue – y lo que se recomienda es tomar analgésicos como el acetaminofén para calmar los malestares y anti-inflamatorio no esteroideo para aliviar el componente artrítico de la enfermedad. Tampoco existe vacuna para prevenir la enfermedad.

Las medidas de prevención para chikungunya, así como en el dengue, son en dos direcciones: las medidas preventivas generales de la población liderada por el Ministerio de Salud Pública y otras instituciones, y las de protección personal.

Con relación a la primera medida se debe: a) Aumentar la vigilancia de la proliferación de los mosquitos eliminando los criaderos con ayuda de la comunidad; b) Incrementar la vigilancia epidemiológica para tratar de detectar casos sospechosos definiendo las manifestaciones clínicas e informando a los profesionales de la salud y a la población en qué consiste la enfermedad, sus manifestaciones clínicas y el tratamiento que debe aplicarse a las personas con las características que definen la enfermedad; c) Eliminar criaderos de mosquitos en los barrios donde su proliferación vaya en aumento; y d) Hacer una movilización general en escuelas, hospitales y aeropuertos, entre otros, para la eliminación de criaderos de mosquitos.

En lo que corresponde a la protección personal, se debe solicitar el apoyo de las personas para lograr la erradicación de los criaderos ya que de esta forma, no solo evitaremos la entrada de chikungunya sino la disminución del dengue.

El nombre de chikungunya proviene del idioma Makonde que habla el grupo étnico Makonde localizado en el sudeste de Tanzania y el norte de Mozambique, en África. Esta enfermedad fue detectada por vez primera en Tanzania en 1953. Desde entonces se consideraba una enfermedad endémica de África, hasta que se trasladó a Asia del sur y en el 2004 apareció un brote en Comores. En el 2005 apareció en la isla de Reunión en el Océano Índico, y en el 2007 el Ministerio de Salud de Italia confirmó un brote contabilizándose por lo menos 160 casos en Rávena. En el 2010 se diagnosticó un caso en La Rioja, España, en una persona que había estado en la India.

Desafortunadamente chikungunya entró por primera vez en el continente americano y tenemos el deber de tratar de contener esta enfermedad al igual que el dengue.

 

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