Principal meta de Renault es comercilizar 5.5 millones de Mégane II

Principal meta de Renault es comercilizar 5.5 millones de Mégane II

MÉXICO, DF.- La fábrica Renault, sabiendo el éxito que iba a tener el Mégane II, programó la comercialización de 5.5 millones de autos de esta de esta modalidad, lo que representará un gran porcentaje a nivel mundial.

El Mégane II es el último hijo de la Renault. Llegó al mundo por la puerta grande, por su confort, comodidad y seguridad, ya que fue seleccionado el Auto del Año 2003 en Europa, mediante una votación de más de 70 periodistas especializados en carros.

Los detalles sobre las informaciones sobre el nuevo auto de la Renault fueron ofrecidos por Patrick Leclerc, director Pacto Andino y América Central.

Durante la exhibición del carro estuvieron presentes periodistas de Centroamérica y del Caribe.

Manifestó que en cifras globales, Renault desea comercializar un total de 5.5 millones de vehículos a lo largo de la vida completa de este Mégane II.

En Europa, la cifra a la que aspira Renault es del 14% del segmento de los compactos.

Al fin de septiembre 2003, Mégane II con 437 000 ventas II es el modelo más vendido de Europa occidental. Al fin de septiembre 2003, Renault es la marca líder en Europa occidental con una participación de 10.8%

[b]MÉGANE II DISEÑADO EN UN TIEMPO RÉCORD[/b]

Al construir en el año 1996 el Tecnocentro en las afueras de París (Guyancourt), Renault quiso centrar las tareas de Diseño Industrial bajo un mismo techo. Hasta entonces, la labor de diseño y fabricación de vehículos prototipos debía pasar necesariamente por la conexión de lugares a veces distantes con el riesgo de que, en el transporte de elementos de uno a otro lugar, el secreto profesional se viera roto de manera accidental. Unificando en un solo lugar las tareas más reservadas, Renault se asegura la coherencia y respuesta rápida de todos los implicados. Sobre una superficie de 27, 000 metros cuadrados, de los 350,000 que ocupa el Tecnocentro, las distintas áreas de Diseño Industrial y fabricación de prototipos, alcanzan una reducción considerable en los plazos de realización de sus tareas.

El Mégane II ha sido diseñado en tan solo 29 meses, en lugar de los 46 meses que costó el programa Mégane anterior. Es decir, entre la toma de decisión del diseño y el acuerdo de comercialización apenas han pasado dos años, frente a más de cuatro que necesitó el anterior Renault Mégane.

Este menor tiempo, además, ha conseguido que los gastos de desarrollo se repartan de otra manera. De la «factura total» que asciende a 2 100 millones de euros (que comprende el programa global de 7 carrocerías) la mayor parte se la llevan las inversiones industriales (1, 240 millones). Estas han sido capaces de reducir el IVMP del vehículo, que ha pasado a ser de 11 horas; rebajando de esta manera un 24% este indicador con referencia al anterior Renault Mégane.

El Indicador IVMP es la relación que existe entre el número de horas consumidas en una planta para desarrollar un perímetro de tareas estándar, dividido por el número de vehículos producidos, ponderando debidamente este cociente mediante la aplicación de unos coeficientes correctores.

[b]DOUAI (FRANCIA), PALENCIA (ESPAÑA) Y BURSA (TURQUÍA)[/b]

Estos tres lugares forman la base sobre la que se apoya el programa del Mégane II. Y han experimentado sensibles modificaciones y mejoras referidas, fundamentalmente a las áreas de estampado, soldadura, pintura y montaje.

Pero no solamente se ha atendido a las necesidades propias, sino también las de los proveedores. Y de esta manera, el plan de lanzamiento de los Mégane II ha tenido en cuenta inversiones industriales por valor de 500 millones de euros en los proveedores y 740 en las plantas (principalmente de Douai y de Palencia). La planta de Bursa, como ya fue remozada recientemente, ha necesitado una inversión mucho menor.

El área de estampado en Palencia ha recibido inversiones por un total de 30 millones de euros, destinadas fundamentalmente a la implantación de nuevos tipos de prensas grandes de simple efecto y de las llamadas «muy grandes», capaces de elaborar hasta 34.000 piezas al día. La utilización de láser en la unión de laterales, posibilitan el uso de un chasis con muy alto límite elástico (aceros THLE).

En lo que respecta a las zonas de soldadura, tanto la planta de Douai (distante unos 180 Km de París, hacia el NW) como la de Palencia, han experimentado una renovación del 85% en la que se han empleado 364 millones de euros. Con un total de 350 autómatas programables en Palencia, la utilización de líneas flexibles que utiliza tecnología Nissan, posibilita la alternancia de dos modelos diferentes en las mismas líneas de fabricación.

En las áreas de pintura, se han invertido 80 millones de euros en la planta de Palencia. Principalmente en lo que se refiere a la utilización de bases hidrosolubles totalmente nuevas que presentan la ventaja de reducir los residuos de compuestos orgánicos volátiles. En el proceso de pintura, además de la aplicación de ceras en los cuerpos huecos y de la cataforésis, se aplica cera polimerizada, garantía de una eficaz protección frente a la perforación por corrosión.

Finalmente, en el área de montaje, Palencia ha recibido inversiones por un total de 25 millones de euros. La llegada del Mégane II coincide con la implantación de un Sistema de Producción Renault que consiste en un nuevo referente, desarrollado en el seno de la Alianza Renault Nissan. La L3P (Logística avanzada programada al puesto de trabajo) aprovisiona los elementos de montaje en porcentajes pequeños, mediante un flujo continuo. No más de 5 kilogramos de residuos de embalaje por vehículo y la utilización de carros para que se desplace el operario más cómodamente, son tan solo, ejemplos bien elocuentes de esta nueva logística.

[b]DISEÑO ORIGINAL[/b]

En el mundo del automóvil, para sustituir a un mito, hay que recurrir a la imaginación. El equipo de Patrick Le Quement, director de Diseño Renault, ha conseguido que el diseño de los Mégane II pueda calificarse de todo, menos de anodino. Desde luego, tendrá adeptos y detractores pero a muy pocos pasará desapercibido.

A través de unas líneas encajadas y vanguardistas, se ha conseguido un vehículo compacto, expresivo y dinámico. Lejos del conformismo de otros diseños, el Mégane II ofrece un diseño basado en tres zonas principales. Un bloque delantero sesgado y afilado, un habitáculo generoso y una zaga vertical que soporta la cajuela saliente.

La parilla interpreta de nuevo la identidad visual de Renault con un cofre esculpido y penetrante con las salpicaderas a ambos lados que afirman una personalidad marcadamente deportiva.

La parte trasera traduce elegancia e innovación de diseño. La elección de materiales y acabados, junto con un perfecto dominio de las tolerancias, hace que la sensación de calidad percibida frente al vehículo, sea un aspecto destacable.

En su interior, el Mégane II busca la sobriedad. Las líneas del tablero son sencillas, claras. El «touch design» inaugurado en el concept car Talismán, se aplica en el Mégane II por primera vez. La ergonomía se ha llevado al extremo y los mandos, además de cumplir su función, están pensados para producir placer al utilizarlos (pomo de la palanca de velocidades, freno de mano tipo «aviación», empuñaduras de puertas, etc.).

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