El príncipe Carlos de Inglaterra, primero en la línea de sucesión al trono británico, rindió este sábado tributo a la figura “amada y apreciada” de su padre, el duque de Edimburgo, fallecido ayer a los 99 años.
“Como pueden imaginar, mi familia y yo echamos enormemente de menos a mi padre. Era una figura muy amada y apreciada que, puedo imaginar, se habría sentido profundamente conmovido por la cantidad de personas, aquí, en todo el mundo y en la Commonwealth, que comparten nuestra pérdida y nuestra tristeza”, afirmó.
En una declaración a los medios frente a su residencia Highgrove House, en el condado inglés de Gloucestershire, Carlos subrayó que el consorte de la reina Isabel II fue “una persona muy especial». “Creo que, por encima de todo, habría estado asombrado por las reacciones y las cosas tan emocionantes que se han dicho sobre él. Desde ese punto de vista, mi familia y yo estamos profundamente agradecidos”, agregó el príncipe.
Carlos, de 72 años, fue uno de los miembros de la familia real que visitó al duque de Edimburgo a finales de febrero en el hospital londienense donde estuvo ingresado cerca de un mes, hasta recibir el alta el 16 de marzo tras someterse a una operación cardíaca.
Una fotografía del príncipe visiblemente emocionado tras aquella visita al hospital King Edward VII fue ampliamente difundida por los medios británicos.
El próximo sábado, en los momentos previos al funeral del duque en el castillo de Windsor, el príncipe de Gales caminará tras el féretro de su padre en una corta procesión hasta la capilla de San Jorge, acompañado de otros miembros de la familia real.
Debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus y a los propios deseos que expresó Felipe, los exequias tendrán una escala reducida y no habrá velatorios ni procesiones abiertas al público.