Una prioridad del director del Instituto Geográfico Nacional para el próximo quinquenio es la entrega de una cartografía moderna y actualizada al Ministerio de Medio Ambiente: «Cuando se crean las áreas protegidas por leyes y decretos, como no teníamos una georreferenciación exacta del territorio, muchas comunidades quedaron dentro de las áreas protegidas”, afectando la integridad de los ecosistemas».

Para el geógrafo y turistólogo Bolívar Troncoso Morales, la cartografía juega un papel fundamental en la conservación de los ecosistemas y la gestión ambiental. En este contexto, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) desempeña un rol clave en proporcionar la cartografía base que permite al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales delimitar y gestionar eficientemente estas zonas de especial protección.

Esta herramienta es vital para que las autoridades competentes puedan definir los límites exactos de cada área protegida, establecer zonas de amortiguamiento y reforzar la supervisión de actividades dentro de estos espacios.

Este desfasaje entre la cartografía existente y la realidad en el terreno dificulta el manejo adecuado de más de 131 áreas protegidas que abarcan los nueve ecosistemas presentes en la nación.

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El co-manejo

La actualización de los mapas es esencial para dos fines fundamentales:

Primero, por la precisión en la delimitación, que permite reubicar áreas en conflicto, eliminando la presencia de comunidades y actividades económicas que, por error, quedaron incluidas dentro de las zonas protegidas.

Segundo, para la gestión y planificación ambiental, que facilita el diseño de estrategias de co-manejo, donde la colaboración entre el gobierno, las comunidades locales y los organismos ecoturísticos se convierte en la herramienta clave para promover el desarrollo sostenible y el ecoturismo.

Más ajustes que recortes

Hay una discrepancia interesante con respecto a la percepción general de la extensión territorial de las áreas protegidas. Según las entrevistas realizadas a Bolívar Troncoso y la geógrafa Mariana Pérez la reducción de áreas protegidas no ha ocurrido de manera generalizada, como se podría pensar.

Troncoso, explica que los cambios en las áreas protegidas han consistido, en su mayoría, en ajustes de límites para excluir comunidades humanas que previamente estaban dentro de las áreas protegidas, asegurando que esto no implica una «segregación».

Además, algunos espacios no protegidos en el pasado han sido incorporados, ampliando el alcance de estas zonas en ciertos casos.

Por otro lado, Mariana Pérez, directora de Representación Cartográfica del Ministerio de Medioambiente afirma que las áreas protegidas son, por ley, irreductibles, salvo excepciones muy puntuales como la exclusión del Parque Manolo Tavárez Justo y el ajuste en el Parque Nacional Anacaona debido a la construcción de la presa de Montegrande, la cual ya estaba en proceso antes de la declaración de área protegida.