Prioridades

Prioridades

Las autoridades del país tienen que identificar con precisión las prioridades nacionales y planificar en consecuencia.

Una prioridad nacional debe ser el uso eficiente y productivo de todos los recursos a la mano, y en base a esa premisa se debería planificar.

Hay que identificar cuál es prioridad, si restringir las horas y días de venta de combustibles, que no necesariamente significa reducción de los volúmenes adquiridos por los usuarios, que imponer el uso eficiente y productivo de los hidrocarburos.

Los precios locales de los hidrocarburos son, de por sí, un buen disuasivo al consumo dispendioso, pero son también una fuente abundante de ingresos fiscales.

El ahorro, si en realidad lo hay, se traduce en sacrificio fiscal importante.

En cuanto a energía eléctrica también vale la premisa de las prioridades.

Hablar de trenes eléctricos deja la impresión de que aumentaría el consumo de un bien que en la actualidad se está sirviendo precariamente, casi en umbrales de crisis, a pesar de que la capacidad instalada supera ampliamente la demanda.

La construcción de una autopista eléctrica que aminore las pérdidas en transmisión merece estar en un orden de prioridades necesarias para mejorar el servicio energético.

-II-

En el ámbito de la formación de nuestros niños y jóvenes también hay que aplicar la condición de atender prioridades.

Acondicionar los planteles y dotarlos de butacas debe estar primero que instalar pizarras electrónicas y otros avances tecnológicos cuya necesidad no ponemos en duda.

En la medida de lo posible, hay que identificar como prioridad la reducción del tiempo de clases que se pierde o distrae por causas injustificables.

Y es necesario que, en virtud del grave deterioro de la estructura familiar y el declive de los valores, se establezca como prioritario incluir en todos los niveles de la enseñanza la instrucción moral y cívica.

Si la denominación «moral y cívica» causa pruritos porque fue materia escolar durante la tiranía de Rafael Trujillo, que se le cambie el nombre pero que se insista en la esencia.

En fin, las necesidades de un país con economía débil tienen que ser satisfechas en base a hacer uso eficiente de los recursos, sea energía, combustibles o cualquier otro bien.

Si, como se dice, el turismo es una de las canteras de ingresos en divisas que tiene el país, toda infraestructura que beneficie las zonas de explotación turística debe estar en el orden de prioridades de las realizaciones oficiales.

Una de las penalizaciones más graves de nuestra economía es precisamente la falta de culto a la eficiencia, a las prioridades.

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