Prioridades

<P>Prioridades</P>

SERGIO SARITA VALDEZ
Varias son las definiciones aportadas para describir el don de la inteligencia. Howard Gardner la define como la capacidad para resolver problemas, razonar y obtener beneficio de las experiencias. El profesor Juan Bosch sostenía que el nuestro era un pueblo inteligente. Múltiples son las calamidades que abaten a la población dominicana en este crucial período de desastre económico en que le ha tocado dirigir los destinos nacionales al Partido de la Liberación Dominicana.

Son tantos los males heredados de la fracasada gestión de gobierno de Hipólito Mejía que se hace indispensable priorizar las áreas en donde en un comienzo deberán centrarse los mayores esfuerzos del presidente Dr. Leonel Fernández Reyna, a fin de ir paliando la miríada de legítimas quejas populares. La energía eléctrica es un elemento vital clave para el desarrollo armonioso de las actividades productivas y de otros servicios importantes para el país. Tomando esto último en consideración nos vamos a permitir transcribir la anécdota. El actor, del más reciente libro de Eduardo Galeano, titulado Bocas del tiempo.

La narrativa es como sigue:»Horacio Turbio había hecho casa en el valle de El Bolsón. La casa no tenía luz eléctrica. El había venido desde California, cargando sus modernos chirimbolos; pero la computadora, el fax, el televisor y el lavarropas se negaban a funcionar con luz de velas.

Horacio acudió a la oficina correspondiente. Lo atendió un ingeniero. El ingeniero consultó unos enigmáticos mapas, y respondió que el servicio eléctrico ya estaba funcionando en esa zona. Sí, funciona, reconoció Horacio, funciona en el bosque. Los árboles están felices. El ingeniero se indignó y sentenció: ¿Sabe cuál es su problema? La arrogancia. Con esa arrogancia, usted no va a conseguir nunca nada en la vida. Y le señaló la salida. Horacio se retiró, cerró la puerta. Pero en seguida el ingeniero escuchó: toc-toc. Horacio esta allí, arrodillado, humillando la cabeza: Usted ingeniero, que ha tenido la suerte de poder estudiar… Levántese, levántese. Usted que tiene un título… Levántese por favor. Comprenda mi situación, ingeniero. Yo quisiera aprender a leer… Horacio no interrumpió la letanía hasta que la luz eléctrica llegó a su casa».

Muchos son los hogares, escuelas, negocios, sitios de esparcimiento, oficinas públicas y privadas, calles y avenidas, iglesias, etcétera, adonde hace tiempo que nadie asegura cuando y por cuanto tiempo dispondrá del mágico fluido eléctrico. Por culpa de los apagones ya ni siquiera los muertos soportan unas horas sin entierro. Calamitosa es la situación para los vivos cuya calidad de existencia se ve tan gravemente afectada.

Me atrevo a especular diciendo que una parte importante del voto de castigo al pasado gobierno perredeísta se debió a la continua irritación de la población causada por la tanda de apagones sufrida con una encomiable estoicidad. Pasado un tiempo prudencial ese mismo odio se irá traspasando a las actuales autoridades a menos que se le dé un alivio inmediato seguido de una solución definitiva a la problemática energética nacional.

Tenemos plena confianza y seguridad de que existe una férrea voluntad política y una gran capacidad gerencial para afrontar este gravísimo escollo al desarrollo y a la modernización del país. Albergamos la esperanza de que muy pronto empezaremos a cosechar los frutos tal y cual aconteció tras los devastadores efectos del huracán George en 1998. ¡Saldrá luz de estas tinieblas, dominicanos!

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