El extinto líder político José Francisco Peña Gómez fue recordado ayer con motivo del 80 aniversario de su natalicio, ocasión que aprovechó el Partido Revolucionario Moderno (PRM) para exaltar su legado y reafirmar los principios que dieron origen a la organización.
En la tumba de Peña Gómez, ubicada en el Cementerio Cristo Redentor, la dirigencia del PRM criticó la corrupción y la impunidad, males que, a su juicio, azotan al país.
Asimismo, los dirigentes perremeístas recogieron anécdotas y vivencias que enaltecen la dimensión humana del líder histórico.
En efecto, el secretario general del PRM, Jesús “Chú” Vásquez, contó que Peña Gómez obtuvo una compra de alimentos para cada una de las 26 familias que en 1998 perdieron parientes en un naufragio ocurrido en La Romana.
Al encimar la solvencia moral de Peña Gómez, Vásquez criticó “la corrupción y la compra de conciencias por parte del Gobierno”.
El expresidente Hipólito Mejía también encimó la calidad humana del recordado político, y lo mismo hizo la exvicepresidenta Milagros Ortiz Bosch.
Mejía llamó a seguir la humildad del homenajeado y rechazó la arrogancia de aquellos que “creen saberlo todo”.
En tanto, Ortiz Bosch consideró que “no hay un ser más humano, más hermoso y más comprometido que José Francisco Peña Gómez, y si estuviera vivo, estaría vestido de verde”.
Para Rafael Gamundi Cordero, presidente del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), José Francisco Peña Gómez es “el verdadero padre de la democracia dominicana”.
José Francisco Antonio Peña Gómez nació el 6 de marzo de 1937, en Mao. Locutor y maestro, incorporó al PRD en 1961. Fue alcalde del Distrito Nacional y presidente de esa organización. Terció como candidato presidencial en 1990, 1994 y 1996, sin éxito electoral.
Peña Gómez, a blanco y negro. El busto del líder político, edificado en la plazoleta que lleva su nombre, en el puente de la 17, está descolorido. Así pues, está pasando de negro a blanco: el color de la noche da paso a un color blanquecino.