Por más que se busque, por más que se dé vueltas, por más se calcule, no se encuentran las razones del “opositor” Partido Revolucionario Moderno para estar en favor de la habilitación del presidente Danilo Medina para que pueda nuevamente adquirir el Poder que perdió cuando fue derrotada en su búsqueda de la reelección presidencial para el 2020.
Algunos altos dirigentes del PRM están entre el grupo de personalidades que pretenden embarcar nuevamente al país en un proyecto de modificación de la Constitución de la República, lo que traería desasosiego en la población dominicana entera.
Están latentes las escaramuzas que se escenificaron frente al Congreso Nacional cuando se forcejeaba en pro y contra la reelección del presidente Medina, lo que originó que la República Dominicana ocupara titulares principales en medios internacionales.
Entonces, un país con tantos problemas por resolver, como que no se justifica que sectores fácticos pretendan imponer la rehabilitación del señor Medina, solo porque han sido favorecidos con exenciones y canonjías para engrosar sus negocios en perjuicio de la población que ha sido saqueada desde que llegaron los europeos a la isla hasta nuestros días.
El PRM debe sopesar con pies de plomo al tomar una decisión tan descabellada, como favorecer modificar en estos momentos una Constitución que ha sido tan maltratada con el objetivo de favorecer a hombres del momento.
Nos no cansamos de poner el ejemplo de Franklin Delano Roosevelt, el último presidente que logró reelegirse tres veces al completar cuatro periodos constitucionales en el país más poderoso del mundo, los Estados Unidos, de 1933 al 1945, pasando incluso, por el interregno de la Segunda Guerra Mundial. Pero Roosevelt fue un presidente excepcional. No es el caso de Danilo Medina.