El pasado lunes el precio del barril de petróleo ha subido en más de un 10% (10,1%) hasta los 66,3 dólares por barril, eso debido al ataque que ha sufrido la mayor refinería petrolífera de Arabia Saudí.
El ataque se dirigió contra la central petrolera Aramco que refina el 5 por ciento del petróleo global, una significativa cifra que ha provocado una fluctuación del precio.
La procedencia del ataque aún no está clara, aunque algunas fuentes señalan a Irán como el responsable del hecho.
El asalto se produjo con 10 drones, y aunque no causó víctimas, si provocó destrozos alterando la disponibilidad de petróleo.
Ante esta situación, Estados Unidos utilizará sus reservas estratégicas para controlar un esperado incremento del precio del combustible.
Hay que señalar que la dependencia del petróleo en la economía mundial es total y se traduce en una alta demanda para una oferta que no siempre permanece constante y que provoca grandes fluctuaciones en los precios del petróleo, materia prima con la que se elaboran la mayor parte de los combustibles fósiles que utilizamos en nuestros autos.
Tal como delata el informe del evento, la incertidumbre provocará una variación del precio a lo que se añade unas existencias de petróleo muy por debajo del máximo alcanzado en 2016, que era de 3.100 millones de barriles, mientras que actualmente es de 2.800 millones.