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Las horas de docencia en varias escuelas vespertinas y liceos nocturnos se reducen hasta en dos horas diarias debido a los prolongados apagones que impiden el uso de recursos tecnológicos y que atentan contra la seguridad de estudiantes y profesores.
Así lo denunciaron ayer dirigentes de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en varios puntos de la capital y el interior del país, quienes declararon el estado de la educación nacional en emergencia.
Dirigentes gremiales de Nagua, Ocoa, Puerto Plata La Romana, Santiago, Hermanas Mirabal y el Distrito Nacional coinciden en que se trata de una problemática a la que hay que buscarle una urgente solución.
Narraron que en muchos centros vespertinos y nocturnos las clases se suspenden inmediatamente se interrumpe el servicio energético, por lo que en los últimos días se han perdido muchas horas de clases.
Ese es el caso de Nagua, mientras que en Ocoa y Tenares, de la provincia Hermanas Mirabal, los apagones de 12 y hasta 20 horas impiden cargar las baterías de los pocos inversores en existencia.
En los centros que cuentan con planta eléctrica, los padres y maestros suplen el combustible, lo que tiene a la comunidad con el grito al cielo, dijo el director de la regional 15 (Distrito Nacional), Danilo Contreras.
Empero, el secretario de Educación, Melanio Paredes, dijo el pasado lunes que la docencia no ha sido afectada por los apagones.
La crisis energética que afecta al país profundiza la situación precaria de horas de clases que cumple el sistema educativo. Una encuesta Gallup-Educa reveló que el año pasado los centros educativos perdieron unas tres horas de diarias. La situación fue peor en tandas vespertina y nocturna.
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Estado catastrófico
La presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), María Teresa Cabrera, declaró ayer que la situación que viven las escuelas y liceos del país es catastrófica debido a los apagones. Sostuvo que tiene reportes de centros que aunque tienen inversores no han recibido baterías, por lo que se ve interrumpida la docencia. Añadió que incluso los planteles con planta eléctrica no pueden trabajar por las largas horas de interrupción en el servicio.
Con ingenio
En la escuela nocturna República del Perú, la falta de energía elétrica ha hecho que los profesores se auxilien de lámparas de querosene para no suspender la docencia, porque si dejaran de impartirla por los pagones no concluirían nunca el programa.
Este problema no es nuevo, en este año lectivo solo hemos dado clases con luz por tres días, dice el docente Rafael Martínez, que aprovecha para solicitar al secretario de Educación que dote a ese centro de una planta eléctrica.
La situación no es diferente en las escuelas República de Colombia, de Haití, y de Honduras, lo mismo que en la San Gabriel. Esos planteles, ubicados en las cercanías de la avenida Duarte, o suspenden las clases o echan manos a velas para impartir el pan de la enseñanza.
En cada lugar, el rosario de quejas es similar y las demandas a las autoridades encierran rabia e impotencia.
Los estudiantes de aquí viven lejos, pero como trabajan en estas inmediaciones se quedan cuando concluyen sus labores para llegar a tiempo a clases, explica el profesor Luis Féliz. En la provincia de Santo Domingo también se padece, para muestra el liceo Ramón Emilio Jiménez, de Los Mina, a oscuras desde hace una semana.
