Problema Haití como coartada

Problema Haití como coartada

No pocos perciben, el suscrito incluido, que los presidentes Danilo Medina y el vecino Michael Martelly hiperbolizan el problema entre los dos Estados como una coartada para desviar a la opinión generalizada de sus ciudadanos de grandes retos que afectan a ambos países.

Concerniente al nuestro, el presidente Medina, es el amplio parecer, sobredimensiona el problema haitiano de naturalización y pendientes deportaciones, que se estima no ejecutará, para desviar la concentración ciudadana en asuntos tan trepidantes como lo son en primer término, la ola delincuencial y criminal que tiene aterrados a todos

La disminución del crimen será posible cuando se modifique la ley 36 sobre Porte y Tenencia de Armas de Fuego que data de 1965, para que solo se permita la tenencia y no el porte y sean creadas las Unidades Sociales Barriales conformadas por Promese, Inespre, Conep, Asociación de Industrias, representaciones de clubes barriales y religiosos, y sin esas herramientas no es posible controlar el crimen reduciendo su terapia a la eliminación física de los antisociales.

Segundo, disponer correctivos para aminorar la desconcertante corrupción que socava los recursos del contribuyente y socava la moral nacional.

Tercero, moderar el endeudamiento externo que el presidente Medina encontró en 2012 en US$16,593.0 millones, subió en 2013 a US$19,463.3 millones, en 2014 a US$23,203.8 millones y hasta enero 2015 a US$23,809.1 millones, es decir que el gobernante ha contraído compromisos en 37 meses de su mandato de 48 meses con US$7,306 millones, una barbaridad que la historia condenará.

El asunto haitiano es una coartada, como un ansiolítico que el presidente Medina suministra para estructurar su reelección, y su colega haitiano para propósitos electoreros de octubre próximo.

De no ser así, entonces esos temores serían imaginarios. Veremos.

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