Los problemas políticos y sociales que afectan a la vecina República de Haití desde hace más de un mes, mantienen paralizado a un importante segmento de la industria y el comercio dominicano, cuya principal actividad es la venta de productos a esa nación.

La denuncia la hizo el industrial Ignacio Méndez, quien manifestó que “la situación en Haití mantiene paralizado un sector importante de la industria local».

Si la crisis haitiana se prolonga, adelantó Méndez, empresas locales que sólo se dedican a producir para venderle a Haití tendrán que venderle a otros mercados, lo que las obligará a invertir o cerrar sus puertas.

Agregó que no son sólo los problemas locales que están afectando seriamente a productores nacionales, sino que ahora se suman los de Haití.

Méndez abogó porque las relaciones comerciales entre la República Dominicana y Haití se transparenten, por entender que ese es uno de los principales mercados para los productores criollos.

Sostuvo que es difícil la situación, porque hace más de un mes que por la problemática de Haití, el comercio entre las dos naciones se ha restringido al mínimo.

En las últimas semanas, en Haití se han registrado graves protestas que han degenerado en la muerte de decenas de ciudadanos.

La población haitiana se ha opuesto al actual régimen encabezado por el presidente Jean Bertrand Aristide, a quien exigen la renuncia del poder, por no cumplir con la demanda de una población empobrecida que pide mejores condiciones de vida.

«Los comerciantes haitianos no están viniendo a comprar como venían anteriormente. Eso tiene paralizado un sector importante de la industria local. La situación política reinante en Haití no sólo nos afecta desde el punto de vista político y por las migraciones que se aumentan, sino que también el comercio de República Dominicana con esa nación se ha visto drásticamente disminuido», puntualizó Méndez.

Refirió que el intercambio comercial diario con Haití es muy amplio y que los comerciantes llevan a esa nación desde galletas, dulces y saladas, hasta pintura, envases plásticos y jugos, los cuales forman parte de una amplia lista de productos que son llevados a esa nación y pagados en dólares.

Según Méndez, en ese intercambio es mínima la participación directa de los empresarios o productores, porque en el mismo participan una serie de comerciantes haitianos que vienen con grandes camiones y compran las mercancías al distribuidor o almacenista, para llevar al vecino país.

«Son muchas las mercancías que se les suplen a los camiones haitianos que vienen al país a comprar locamente. Ellos se encargan de hacer el proceso de importación y exportación», dijo.

Ante la situación en que se desenvuelve el comercio con Haití, Méndez dijo que es penoso que en República Dominicana se esté hablando de un tratado de libre comercio con Estados Unidos y que, sin embargo, no hayan resuelto asuntos tan relevantes como sus relaciones comerciales con su vecino más cercano.

«Aquí se está hablando de un tratado de libre comercio con Estados Unidos, cuando no hemos sido capaces en dos o tres décadas, de hacer un tratado de libre comercio con Haití, que es un mercado más fácil», comentó.