Problemas de salud agravan la situación de guineeros

Problemas de salud agravan la situación de guineeros

PALO VERDE, Montecristi. Productores de guineos con sus plantaciones destruidas, familias que todavía sacan lodo de sus viviendas y dos hermanos afectados con fiebre tifus, constituyen el balance de los últimos días en esta zona afectada por las inundaciones del mes pasado a causa de las lluvias.

De acuerdo a lo declarado por los agricultores Luis José y José de la Rosa, las pérdidas ocasionadas a millares de tareas en esta comunidad alcanzaron los RD$100 millones.

En el municipio de Castañuelas, mientras tanto, los hermanos Daniel Rodríguez y Ana Dolores Lima están sufriendo de tifus, luego que sus viviendas permanecieron por más de diez días inundadas por los desbordamientos del Río Yaque del Norte.

Rosa Lima, la madre de los jóvenes enfermos de tifus, dijo que carece de los recursos económicos para comprar las medicinas que les recetaron a sus hijos.

«De las seis inyecciones que me indicaron, sólo pude comprar tres y le pido ayuda al gobierno», añadió.

En tanto, la situación en esta comunidad es más dramática desde el punto de vista económico y social. La mayoría de sus moradores se encuentran sin empleos, porque laboraban en las fincas guineeras, cuyas plantaciones están destruidas en más de un 90 por ciento.

Se estima que más de 1000 personas quedaron sin trabajo fijo al dañarse los cultivos bananeros.

Carmen de la Rosa Báez, con cinco hijos y dueña de 40 tareas, dijo que están pasando por el peor momento de su vida, ya que lo perdió todo.

Manifestó que las aguas pudrieron las matas y las raíces, por lo que los guineos no pudieron desarrollarse.

Estos y otros agricultores dijeron que están a la espera de créditos por unos RD$150 millones que les prometió el secretario de Agricultura, Eligio Jáquez.

Al quedar sin empleos, muchos de los residentes se dedican actualmente a ayudar a otras personas que laboran en cafeterías, bancas de apuestas y negocios de diversión, para conseguir algún dinero.

Las ayudas oficiales en madera y zinc, así como de reparación de viviendas, han llegado muy tímidamente, se quejaron.

La Cruz Roja está distribuyendo semanalmente raciones alimenticias entre las familias damnificadas.

Domingo Antonio Espinal Sosa, funcionario de la Cruz Roja en esta provincia, dijo que las ayudas consisten en comida cruda, tales como arroz, habichuelas, pasta de tomate, papa, aceite y productos para la higiene personal y del hogar.

Equipos de la Dirección General Fronteriza se encontraban ayer reparando un tramo de la calle principal de este poblado que resultó destruida por las inundaciones.

Después de las inundaciones, la vida en esta localidad no discurre con normalidad, por las pérdidas económicas, los daños agrícolas y a las viviendas.

Cientos de estudiantes no pudieron volver a recibir clases en la escuela primaria El Ahogado y las autoridades educativas prometieron que a partir de enero será cuando reiniciarían la docencia.

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