Problemas del petróleo

Problemas del petróleo

PEDRO GIL ITURBIDES
El precio mundial del petróleo frisaba los ochenta dólares por barril en instantes en que Hugo Chávez advertía que llegará a los cien dólares. Los países consumidores no deben tomar esta declaración a la ligera. Chávez preside el gobierno de una república productora de este hidrocarburo, con reservas calculadas como las segundas mayores de la Tierra. Pero además, asumió hace tiempo una actitud litigante frente a la nación de mayor poderío político y militar del mundo. Y debido a ello, sin duda alguna, puja por llevar ese precio a los cien dólares.

El problema es que castiga lo mismo a los estadounidenses -contra los que las tiene cogidas – que a todos los demás. Aunque, admito, ha beneficiado a las repúblicas de menor desarrollo relativo con un programa de posposición de parte de los pagos. Es una forma de financiamiento muy especial, que Chávez cataloga como ayuda a los países pobres. Y en buena medida lo sería, si aplicásemos la fórmula a la que se contrae el programa.

En el caso dominicano, para quedarnos en el patio, este financiamiento permitiría, si fuésemos buenos administradores, invertir en pesos lo que debemos en dólares. Pero cogemos los pesos para dilapidarlos en gastos operativos del gobierno central, y muy poco se deja a la inversión. Pero además, en vez incentivar la producción exportable gracias a este programa, tratamos de que los venezolanos cobren con habitaciones hoteleras. No es mala, la idea, pero sigo inclinado, como lo saben quienes leen estos escritos con regularidad, por la producción de bienes de consumo.

En estos momentos en que el petróleo está lindando los ochenta dólares el barril, tenemos regiones en donde la guayaba está perdiéndose. Tenemos tierras apropiadas a la producción de cajuiles, pero dejamos que sean los hindúes que exporten sus semillas a los Estados Unidos de Norteamérica y Europa. Y eso, que los cajuiles, como las guayabas, son propios de estas tierras tropicales del Nuevo Mundo. Y así tenemos muchos otros vegetales, autóctonos o introducidos que, procesados, serían delicias gastronómicas para bolsillos de países ricos.

Por eso advierto sobre el precio del petróleo y sobre la posición de Chávez. El ideal sería que los científicos hubieran desarrollado las celdas solares con capacidad de conversión superior al 25% que es el máximo logrado. Y sobre todo, que aquellos a quienes se dirige esa política de las alzas, entendiesen que al elevar la producción de paneles, abaratarían su valor de mercado. Ellos, más que nadie, pueden hablarnos de estos rejuegos de los precios.

Nosotros, que estamos supeditados a vaivenes políticos y económicos de efectos internacionales, que no controlamos, tenemos que aferrarnos a lo tangible. Y por eso, ante el anuncio de Chávez, retorno a un pedido que hacemos con frecuencia: procurar una imaginación creativa que oriente la inversión, y la producción del país. Que se anime a pensar, esa imaginación, que los gobiernos adecuadamente conducidos, impulsan el progreso. Y escuálidamente manejados, nos dejan a la deriva. En eso debemos pensar en momentos en que el petróleo está a ochenta dólares el barril, con perspectivas de llegar a cien.

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