ITAGÜI, Colombia (AFP).- El proceso de paz entre el gobierno colombiano y los paramilitares de ultraderecha afronta uno de sus peores momentos, aseguraron ayer, miércoles, la veeduría de la OEA y un obispo católico, tras una reunión de las partes para zanjar la crisis.

“No se puede ocultar, es una de las crisis más complejas que ha tenido el proceso”, declaró a la AFP el jefe de misión de la OEA, Sergio Caramagna, luego del encuentro entre el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, y 59 jefes paramilitares presos en la cárcel de alta seguridad de Itagüí (noroeste).

El diplomático argentino que asistió a la reunión, exhortó a “defender y afirmarse en la continuidad del proceso de justicia y paz”, refiriéndose a los beneficios jurídicos que reciben los 59 desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Por su parte monseñor Julio César Vidal, mediador en las negociaciones y quien también acudió al encuentro, afirmó que los paramilitares “están supremamente heridos y se sienten traicionados por el gobierno”.