WASHINGTON (AP).- Miembros del gabinete del presidente George W. Bush proclamaron ayer la muerte del cartel de Cali, pero el gobierno colombiano expresó cautela y dijo que la lucha contra las drogas seguía todavía siendo el mayor reto para Colombia.

Las manifestaciones se produjeron luego de conocerse la admisión de culpabilidad en un tribunal de Miami de Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, las cabezas visibles del cartel que contrabandeó unos 200.000 kilos de cocaína a Estados Unidos desde hace más de dos décadas. 

El fiscal federal del distrito sur de la Florida, R. Alexander Acosta, uno de los negociadores del acuerdo que demandó meses de diálogo, dijo que los dos hermanos cumplirán una sentencia obligatoria de 30 años de prisión y devolverán bienes por 2.100 millones de dólares.

   En un acuerdo separado, explicó, 28 de los miembros de la familia Rodríguez Orejuela acordaron devolver bienes en diversas partes del mundo que fueron obtenidos directa o indirectamente de las ganancias del narcotráfico, desde cuentas bancarias a inversiones, residencias y negocios.  Acosta compareció previamente en una rueda de prensa que pareció más bien una celebración por la presencia de altos funcionarios, entre ellos el secretario de Justicia Alberto González.

; la directora de la agencia antidrogas, Karen Tandy; el jefe de las políticas antinarcóticos de la Casa Blanca John Walters; la subsecretaria de Seguridad Interior, Julie Myers, y Adam Szubin, director de la oficina de control de bienes extranjeros del Tesoro.

   «Es toda una alineación de estrellas…’’, hizo notar González al iniciar su intervención, indicando que para todos los efectos la culpabilidad de los hermanos Rodríguez Orejuela «es el golpe final fatal al poderoso cartel de Cali’’.

   La embajadora de Colombia en Washington, Carolina Barco, leyó una declaración formal del fiscal general de su país, Mario Iguarán, y posteriormente habló a nombre de su gobierno y dijo que la lucha contra las drogas seguía siendo «el más grande reto’’ para su país, que lo ha estado encarando «con gran convicción y gran costo’’.

   «Hemos perdido muchas vidas, candidatos presidenciales, fiscales, gobernadores’’, dijo. «Ello ha llevado al país a mantenerse unido para combatir a estos carteles… de modo que es de esperar que Colombia continúe luchando por su democracia, por su derecho a ser un país de paz’’.

   González dijo que el acuerdo no requiere a los Rodríguez Orejuela cooperar con otras investigaciones y que su participación terminará con la identificación de los bienes a ser confiscados.

   Adelantó que ante la posibilidad de surgimiento de otros «centenares de cartelitos’’ que incluso pueden ser más eficientes, Estados Unidos tenía ya un plan para combatirlos siguiendo las bases de los procedimientos que «acabaron con el cartel de Cali’’.

   Walters no pudo precisar cuánta droga introdujeron los Rodríguez Orejuela a Estados Unidos desde 1991 en que empezó la investigación. Empero, dijo que era entre un 50% a 80% del total que salía de Colombia y que el resto estaba distribuido entre el cartel de Medellín, también desintegrado, y otros grupos menores.

   Tandy dijo que ahora en que el cartel de Cali está «en un ataúd’’, se estaba trabajando en el caso del cartel del Norte Valle y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo guerrillero más numeroso del país, y que Estados Unidos esperaba seguir contando con la «participación decidida’’ del presidente colombiano Alvaro Uribe.

   González indicó que desde los atentados terroristas de 2001 en que los cambios a varias leyes han facilitado el avance en la lucha contra las drogas y lavado de dinero, de 46 organizaciones de narcotráfico como el cartel de Cali, 37 estaban bajo procedimientos judiciales en Estados Unidos.

   En los últimos tres años, indicó, las autoridades han desmantelado totalmente otros 24 grupos en el mundo.