El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, aclaró ayer que el caso del exnuncio Jozef Wesolowski no fue tramitado ante las autoridades de Polonia, sino a las de El Vaticano, que es la jurisdicción a la que corresponde.

Recordó que incluso contra el exnuncio las autoridades de la Santa Sede han tomado medidas preventivas, como su destitución del sacerdocio y su arresto domiciliario.

“Si Polonia quería hacer alguna investigación sobre el caso Wesolowsky, tenía que relegarla porque existe el principio Non bis in idem, que nadie puede ser juzgado dos veces por un mismo hecho”, dijo Domínguez Brito.

Confusión. El procurador general respondió así informaciones publicadas por The Associated Press, en las que se le atribuye al portavoz de la Fiscalía de Polonia, Przemyslaw Nowak, decir que le era imposible avanzar en el proceso contra Wesolowsky porque las autoridades dominicanas no han suministrado pruebas ni documentos sobre las acusaciones que pesan sobre el exnuncio, no obstante haberlas solicitado.

“Yo creo que en eso hay un problema de traducción, de interpretación, porque ese caso nunca ha estado en Polonia sino en El Vaticano que es donde corresponde”, sostuvo Domínguez Brito en declaraciones a Hoy.

Dijo que la Convención de Viena, de la que República Dominicana es signataria, establece que los diplomáticos que delinquen deben ser juzgados en el país que representan, “y el nuncio a quien representaba aquí en el país, era al Papa, o sea, que su jurisdicción es el Vaticano”.

Recordó, además, que en su reciente viaje a Roma se reunió con el promotor de Justicia del Vaticano, Jean Pierre Milano, y con monseñor Angelo Beccius, del Secretariado de Estado del Vaticano, a quienes pidió actuar con justicia en el proceso judicial contra Wesolowiski.

El exnuncio está acusado de abuso sexual de menores mientras ejercía en la República Dominicana.

Caso Juncalito. El procurador recordó que el caso que conocen las autoridades de Polonia es el del sacerdote Wojciech Waldemar Gil (padre Alberto Gil), acusado también de abuso sexual contra menores mientras era párroco en la comunidad de Juncalito, Santiago, y de él se han aportado las pruebas.

El exsacerdote Gil, quien al igual que Wesolowski huyó del país, fue arrestado cerca de Cracovia.