Prodi proclama victoria en elecciones de Italia

Prodi proclama victoria en elecciones de Italia

ROMA (AFP).- Tras un dramático recuento voto a voto, el líder de la coalición de centro-izquierda Romano Prodi se proclamó ayer, martes, vencedor de las elecciones en Italia tras obtener la mayoría en el Parlamento, pero el jefe de gobierno y candidato de la coalición conservadora Silvio Berlusconi no reconoció la victoria e impugnó el resultado. “Nadie puede decir que ha ganado”, advirtió Berlusconi, quien aseguró que reconocería el resultado del escrutinio “sólo después de que sea verificado jurídicamente”.

El jefe de gobierno intervino después de la divulgación oficial por parte del ministerio del Interior de los resultados que confirmaban la victoria de la coalición del centro-izquierda en las dos cámaras del Parlamento con 158 escaños sobre 315 en el Senado y 342 sobre 630 en el Cámara de Diputados.

Después de haber alcanzado al alba la mayoría en la Cámara de Diputados, la coalición progresista se adjudicó cuatro de los seis senadores que designan los italianos residentes en el extranjero, logrando así la mayoría necesaria en el Senado para poder gobernar.

La alianza conservadora obtuvo 156 senadores y 281 diputados.

Sin embargo, más de 83.000 boletas electorales han sido impugnadas, entre ellas 43.028 en la Cámara de Diputados y 30.833 en el Senado.

“Nuestro pedido es legítimo”, afirmó Berlusconi, quien recordó que en el 2001, durante las elecciones precedentes, la diferencia entre los datos divulgados por el ministerio del Interior y las papeletas validadas por la Corte de Casación fueron de 36.000 papeletas, una cifra que podría invertir el resultado.

“No se puede excluir que el voto de los italianos en el extranjero pueda ser considerado no válido”, advirtió el jefe de gobierno, quien denunció “numerosas irregularidades”.

Alrededor de 4 millones de emigrantes italianos o sus descendientes con pasaporte italiano fueron autorizados a votar en todo el mundo.

Los votantes en el exterior quedaron habilitados para elegir por primera vez a causa de una reforma constitucional que les reservó 18 bancas (12 diputados y seis senadores) en el Parlamento de Italia.

Los italianos en el extranjero tenían plazo hasta el 6 de abril para votar por correo tras abrirse el proceso el 22 de marzo.

El 42% de los habilitados ejercieron su derecho a voto, por un total de 1,13 millones, según las cifras oficiales. En América del Sur el 50% votó.

Para calmar el tenso clima que reina en Italia, Berlusconi no excluyó la formación de una gran coalición, como en Alemania, para gobernar en caso de que ninguna de las dos coaliciones obtenga la victoria necesaria en las dos cámaras del Parlamento.

“En caso de mayoría divergentes en la Cámara de Diputados y en el Senado, creo que deberíamos tomar ejemplo de otros países europeos, como Alemania, para ver si no es el momento de unir fuerzas y gobernar en la concordia”, comentó.

La posibilidad de formar una gran coalición fue inmediatamente rechazada por los dirigentes del mayor partido de la oposición de izquierda, Democráticos de Izquierda, que interpretan la propuesta del jefe de gobierno como un gesto de Berlusconi de aferrarse al poder.

“Creo que es una propuesta irrealizable”, comentó Massimo D’Alema.

“Nos presentamos con una coalición definida y precisa y la ley electoral nos asignó un número de parlamentarios en el Parlamento para poder gobernar”, declaró por su parte Prodi, quien fue insultado y tratado de “idiota útil” por Berlusconi durante toda la campaña electoral.

La nueva ley electoral, adoptada hace seis meses por Berlusconi, terminó por beneficiar a Prodi al asignarle una premio como triunfador en la Cámara de Diputados, un mecanismo diseñado por el ex ministro para las Reformas, Roberto Calderoli, quien confesó que la ley era una “marranada” destinada probablemente a debilitar los adversarios.

Bush pierde otro aliado

WASHINGTON (AFP).- La derrota electoral del jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi, tras las de José María Aznar en España y Pedro Santana Lopes en Portugal, significa la pérdida de otro aliado para el presidente norteamericano George W. Bush.

Los partidarios en favor de la guerra se marcharon ya de España y Portugal, pero la aparente derrota de Berlusconi le agregó un significado más profundo tras el generoso apoyo que le prodigó Bush durante una visita aquí hace seis semanas. Los funcionarios estadounidenses tenían poco comentario sobre las elecciones legislativas de dos días en Italia, cuya victoria es reclamada por el líder opositor Romano Prodi.

“Ciertamente tenemos ganas de trabajar con quien quiera que sea el siguiente primer ministro,” dijo el vocero del Departamento de Estado Sean McCormack.

“Italia es un buen amigo y aliado, y trabajaremos con ellos en varios asuntos”, agregó.

Pero analistas estadounidenses vieron el resultado como un nuevo revés para Bush en su objetivo de reparar los puentes con Europa y lograr apoyo internacional a su operación militar cada vez más impopular en Irak.

“Con la destitución aparente de Berlusconi, el presidente Bush pierde un desenfadado aliado en Europa y el Medio Oriente”, reportó el diario The Washington Post, anunciando la salida del “extravagante magnate de los medios que se volcó a la política”.

Cuando Berlusconi -el jefe de gobierno que más tiempo ha estado en el poder en Italia desde la II Guerra Mundial-, vino a Washington a fines de febrero esperando pulir su imagen, Bush le dio su virtual aprobación en el Despacho Oval.

Al italiano le permitieron dirigirse a una sesión conjunta del Congreso el 1 de marzo, donde se le otorgó el raro privilegio de hablar en su lengua materna, siendo fuertemente aplaudido por la mayoría republicana.

Berlusconi eficazmente quitó a Irak como un tema de su campaña electoral prometiendo retirar las 2.900 tropas de Italia hacia el final de año, mientras que Prodi dijo que él podría hacer eso “tan pronto como sea posible”.

Los analistas pronostican poco cambio inmediato en las relaciones entre Estados Unidos e Italia, pero algunos, como Ettore Greco, del Instituto de Asuntos internacionales de Roma, ven diferencias significativas entre Berlusconi y Prodi.

“Berlusconi ha presentado el apoyo a la administración de Bush, hasta en el caso de Irak, motivado por obligaciones históricas de Italia de lealtad y solidaridad con Estados Unidos”, dijo Greco en un foro la semana pasada.

“Romano Prodi ha articulado una visión diferente,” agregó el analista. “Él constantemente ha puesto su énfasis en la necesidad de reforzar la autonomía de Europa y trabajar para una relación transatlántica más igual”, acotó.

Julia Lynch, politóloga de la Universidad de Pensylvania, coincidió. Dijo que Prodi con mucho con menor probabilidad se alinearía con la política exterior de Washington en cuestiones que van desde la política exterior al comercio.

Bush perdió a dos aliados de guerra en 2004, cuando el gobierno conservador de José María Aznar fue derrotado en España y el líder portugués José Manuel Barroso renunció para encabezar la Comisión Europea.

Ahora es Blair, el más fiel de los promotores de Bush y el defensor más visible de la invasión de Irak en 2003, el que está contra las cuerdas políticas por su apoyo a la guerra y una serie de controversias domésticas.

Blair ha declarado ya su intención de no ser candidato a un cuarto término, pero una encuesta publicada por The Times la semana pasada mostró que más de la mitad de votantes británicos piensa que él debería renunciar hacia el final de este año.

Su amistad legendaria con Bush parece ser la mayor responsable junto a la guerra en Irak, lo que quedó demostrado tras las protestas que persiguieron a la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice cuando visitó Gran Bretaña hace 10 días.

El sentimiento anti-Irak también ha coloreado el paisaje político para otros aliados estadounidenses, como Polonia, donde una encuesta reciente mostró que el 72% lamentaba que 900 soldados aún no regresaran.

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