Hace algunos días el HOY publicó una epístola del gobernador del banco central, Héctor Valdez Albizu, al licenciado Bernardo Vega, refutando sus conceptos en el sentido de que un aumento de salarios (particularmente entre los servidores públicos) no cambiará el crecimiento económico “desigual” y no mejoraría la distribución de la riqueza ni el Producto Interno Bruto (PIB), criterios defendidos por el gobernador.
Me habían sorprendido las declaraciones del jefe del Banco Central y lo imaginé en algún foro internacional intentando impresionar a sus colegas, pero, enterado de que fueron locales, me pregunté cómo podía expresar esos conceptos, reconociendo implícitamente mezquindad e incapacidad en su gestión y su propio gobierno al no ejecutar algo “tan obvio e internacionalmente promovido”, como la “mejoría de los salarios para aumentar el ahorro y por vía de consecuencia el PIB, mejorando la distribución de la riqueza”. Concluí que tal discurso fue un aval científico o espaldarazo a un posible aumento general de salarios con miras a…. la reelección.
Bernardo Vega puede enmendar la plana al gobernador del Banco Central, yo no, pero mi ignorancia de algunos temas no merma mi sentido común y he dicho, y sostengo, que nuestra supuesta estabilidad económica es un espejismo basado en un endeudamiento grosero e irresponsable y mi mente no está tan nublada como para no saber que ese discurso complaciente para la ciudadanía, proveniente del gobernador, es una burda maniobra política para luego decretar un electorero aumento salarial de un ridículo 10% (si me equivoco, un 15 ó 20) y con esos mil o dos mil pesos adicionales mensuales, solamente en la mente del gobernador, los empleados dominicanos podrían ahorrar.