Hoy 
El gobierno adeuda a los cosecheros de cebolla de Baní y de San José de Ocoa RD$117 millones. Estos productores coinciden en señalar que están descapitalizados y casi al borde de la quiebra. Agricultura es, según dijeron, la oficina pública que debe pagarles. Ayer, una representación de 400 productores banilejos afectados se apersonaron a la oficina de Agricultura en Baní para reclamar el pago de los RD$72 millones que a ellos se les debe. Por su lado, los ocoeños se quejan porque les adeudan RD$45 millones y Agricultura les retiene 44 mil quintales de cebolla.
La secretaría de Agricultura retiene desde abril 44 mil quintales de cebolla a los cosecheros de San José de Ocoa, lo que equivale a una deuda de unos RD$45 millones, aseguró ayer el senador Pedro Alegría.
Alegría urgió a las autoridades a que paguen a los cosecheros, quienes, afirmó, se encuentran desesperados y rumbo a la quiebra a causa de las deudas hipotecarias que han contraído con bancos y particulares.
Alegría (PRD-San José de Ocoa) informó que los productores de cebolla de su provincia realizarían hoy una marcha al Congreso Nacional en protesta por la retención de los RD$45 millones que les adeuda Agricultura.
Los perjudicados pertenecen principalmente a las comunidades de La Horma, Las Espinas, Los Corozos y Mesa de Domingo de aquella provincia, expresó el congresista.
Manifestó que seis meses después de la entrega de los 44 mil quintales del bulbo, la secretaría de Agricultura sólo responde con cuentos a los cebolleros de San José de Ocoa.
Alegría expresó que esos agricultores ya no soportan la espera ya que contrajeron deudas hipotecarias con el Banco de Reservas y otras entidades financieras, así como con particulares.
La producción de cebollas es el único medio de sustento que ellos tienen y están al borde de la quiebra, manifestó el senador ocoeño, quien calculó que el problema perjudica entre 180 y 200 cosecheros de cebolla.
Luego de señalar que esos productores se proponen marchar hoy hacia el Congreso, el congresista advirtió que la desesperación que sufren las familias que viven de la cosecha del bulbo podría desatar problemas graves.
