Los productores agropecuarios dominicanos mantienen la posición de que no se abra el mercado a los Estados Unidos, de los ocho productos que incluye la rectificación técnica, a excepción del maíz.

Consideran que el país debe mantener la protección a esos productos en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) de la República Dominicana con los Estados Unidos.

Los productos incluidos en la rectificación técnica son arroz, habichuela, pollo, leche, ajo, cebolla, azúcar y maíz. Este último producto casi no se está produciendo aquí y la casi totalidad que se usa en la pecuaria, se importa de los Estados Unidos.

Se informó a este diario que los avicultores mantienen la posición de no permitir la importación de muslos y otras partes del pollo, pero sí pollo entero y pechuga.

En tanto, los porcicultores expresaron que estarían dispuestos a permitir que se importen, de los Estados Unidos, bandas de cerdos y se preparen aquí los cortes que se necesiten.

De su lado, los ganaderos están en disposición de aceptar las importaciones de leche en polvo desde los Estados Unidos, pero no la de leche líquida.

De igual modo, los agroempresarios que procesan cítricos permitirán la importación de jugo de toronja, pero no del de naranja.

Se recuerda que la primera ronda de las negociaciones del TLC entre la República Dominicana y los Estados Unidos se desarrolló en la capital dominicana, del 12 al 16 de este mes.

La segunda ronda de esas negociaciones se realizará del 12 al 16 del mes entrante, en San Juan, Puerto Rico y la tercera ronda a mediados de marzo próximo, en Washington.

El equipo negociador dominicano lo encabezó la secretaria de Industria y Comercio, licenciada Sonia Guzmán de Hernández, y el de los Estados Unidos, la doctora Regina Vargo.

Al concluir la primera ronda de las negociaciones del TLC del país y los Estados Unidos, el equipo de negociadores dominicanos inició una serie de reuniones con los distintos sectores productivos que serían afectados o beneficiados con ese acuerdo.

Esos encuentros se realizan a puertas cerradas y no se ha permitido la entrada de ningún representante de los medios de comunicación.

A lo largo del proceso, los negociadores han dirigido una intensa jornada de consultas con los distintos sectores que inciden en él, a fin de realizar los estudios de impacto correspondientes y recoger todos los puntos de vista.