LONDRES.AFP. Los precios de las materias primas agrícolas, que subieron de manera espectacular hasta agosto pasado, cayeron a sus menores niveles en lo que va del año a causa de las perspectivas de ralentización de la economía mundial.

 La desaceleración económica podría traducirse en una menor demanda, al igual que para las demás materias primas como el petróleo o los metales.  El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de revisar a la baja su previsión de crecimiento mundial en 2009 a 3%, frente al 3,9% de su pronóstico anterior.

 En un informe el banco Goldman Sachs revisó a la baja sus previsiones de precios agrícolas, advirtiendo que dichos productos podrían verse menos afectados que otras materias primas por el descenso de la demanda.  El banco prevé que el bushel de trigo a tres meses pase de 7,50 dólares, como apuntaban sus últimos pronósticos, a 6,50; el bushel de maíz a tres meses de 6,50 dólares a 5, y la soja a tres meses de 11 a 10 dólares. Goldman Sachs prevé la misma tendencia para el café, el cacao y el azúcar.  La disparada de los precios podría pararse también gracias a una producción récord de trigo en 2008/09, según las últimas previsiones mensuales del departamento de Agricultura estadounidense (USDA), y al mantenimiento de la producción de maíz.  El USDA prevé una producción de trigo de 680,20 millones de toneladas este año, frente a 610,88 millones de toneladas en 2007/08, y una producción de maíz de 785,25 millones de toneladas, tras los 790,99 millones de toneladas producidos en 2007/08. Los precios de los productos agrícolas son muy sensibles a la especulación. La semana pasada un trader consideraba que «se podía temer que muchos fondos se retiren de las materias primas por falta de liquidez».

Hambre aumentará en países pobres

GINEBRA. AP.  Las personas más pobres del mundo sufrirán más hambre, tendrán más enfermedades y menos empleos debido a la crisis financiera mundial, y las organizaciones de ayuda humanitaria podrán auxiliarlas menos, indicaron grupos de asistencia.  Las organizaciones de caridad que proporcionan alimentos, medicinas y otros suministros en diferentes países indicaron que los recortes ya han comenzado, pero que tomará meses o quizá más tiempo antes de que se sienta el impacto completo en los países más pobres de Africa, América Latina y Asia.  Los organismos de asistencia, además, afrontan algo más que solamente la perspectiva de un descenso en las donaciones. Las mismas condiciones económicas —como el aumento de los precios de los alimentos y en el desempleo— han incrementado dramáticamente el número de personas que requieren ayuda.