Productos de Victorina mantienen su calidad

Productos de Victorina mantienen su calidad<BR>

Mantener firme determinados productos  en el gusto de la gente es una grandeza que sólo puede  lograr  una empresa que se empeñe en mantener invariable la calidad de éstos y tener como norte la existencia de una gran familia dentro de esa industria.

Eso ha sucedido con Victorina y su tradicional eslogan “el sabor que me fascina”. Esa marca cumple 70 años en la lista de alimentos de la familia dominicana. Pertenece  al grupo de empresas Corripio con el nombre de Victorina Agroindustrial.

La misión de los nuevos dueños ha sido fortalecer ese mercado al realizar importantes innovaciones y fuertes inversiones en maquinarias, equipos y tecnologías, así como en la obtención de prácticos y novedosos empaques.

La industria fue adquirida por el Grupo Corripio en el año 2000.  Desde entonces ha inyectado dinamismo  a una gama de productos elaborados con los más altos estándares de calidad, que incluyen pasta de tomate, catchup,  habichuelas, guandules y maíz, en varios empaques y tamaños.

Historia.  Victorina se remonta al año 1940, en Santiago, bajo la dirección de Pepe Barceló, quien importaba desde Italia la semilla de tomate Nápoli, conocido como tomates Barceló.

En 1953, nace Barceló Industrial con la producción de pasta de tomate, salsa condimentada y tomates pelados, y en 1971, inicia con guandules, habichuelas, garbanzos y petitpois enlatados.

En 1978, la empresa fue trasladada a Azua en busca de mejor clima para favorecer la siembra y cosecha de sus productos.

La visión de mantener la permanencia en el gusto de los dominicanos que tuvo la familia Barceló la ha continuado la familia  Corripio, haciendo énfasis en su modernización y  crecimiento.

Algunos de sus productos poseen envases más prácticos y fáciles de usar, entre ellos el “sachets” y el “Doy Pack”, que ayudan a conservarlos, mientras que el catchup se presenta en sobre y en botellas plásticas.

Inversión.  Para la empresa seguir con su fortaleza y presencia en el mercado y aportar en la creación de empleos, el grupo  comenzó con cuantiosas inversiones en equipos en el campo y contrató más técnicos calificados.

Por los altos incentivos que reciben los parceleros de la zona, la producción de la  pasta de tomate se ha duplicado.

La empresa  ha adquirido evaporadores de mayor capacidad para preparar los nuevos  empaques.

Igual  inversión ha hecho en el laboratorio, con modernos equipos para el control de calidad.

Actualmente, está inmersa en la instalación de nuevas calderas  especiales adquiridas en Colombia, con alta tecnología, que evitarán  contaminar el ambiente.

La empresa posee varias líneas de empecados para dar mayor versatilidad en los diferentes tipos de empaques.

Se ha construido  una laguna para el tratamiento de aguas residuales,  realizando una labor extraordinaria, y para  evitar que los   desechos sólidos lleguen a los ríos.

La industria tiene una línea de producción de pasta de tomate que incluye salsa condimentada, línea de catchup con  los mismos empaques de la pasta de tomate, y la de granería, que incluye maíz, guandules, petitpois, habichuelas y garbanzos.

Producción.  Para garantizar su abastecimiento, la empresa Victorina se ha mantenido haciendo cuantiosas inversiones en la compra de fincas, con las cuales garantiza el  cincuenta por ciento de su producción, dependiendo del otro 50% de parceleros o colonos, a los cuales se les financia todo lo necesario para la cosecha en sus propias fincas.

En la actualidad, se benefician de ese proceso más de mil familias de colonos.

Para eso, le financian la inversión  y al final le compran el producto, un proceso  que  han mantenido desde siempre en beneficio del hombre del campo.

Capacidad y aportes.  Actualmente, se siembran miles  de tareas de tomates Barceló que se realiza en seis fincas  propiedad del grupo ubicadas en el Valle de Azua.

En cuanto a los guandules, se adquieren aquí y en el exterior, mientras que las habichuelas son compradas a los productores  de  San Juan de la Maguana. 

La planta de Victorina Agroindustiral, bajo la administración de Eliseo Rodríguez, está ubicada en la comunidad Las Clavellinas, a un kilómetro y medio de la provincia  de Azua, en una extensión de aproximadamente 20,000 metros cuadrados.

Por el alto volumen de la producción, la empresa ha construido nuevos amplios almacenes.

Se destacan aportes económicos, sociales y culturales que ha hecho Victorina a lo largo de  siete décadas.  Colabora con asociaciones y clubes deportivos y recreativos.

Cuenta con 800 empleados fijos y móviles, cantidad que aumenta a más de 2,000 en las épocas de siembra y recolección. 

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Control de calidad

Victorina ha mantenido y ha tratado de que sus productos lleguen al público lo más naturales posible, por lo que en la producción de  tomates no utiliza químicos ni aditivos. En el departamento de Control de Calidad, dirigido por Yahaira Jaime, laboran exclusivamente 18 empleados, atentos a la verificación del proceso desde que llega la materia prima, cuando penetra al centro de empaques, hasta que es depositada en los camiones para su despacho. Está integrado por ingenieros químicos graduados de universidades nacionales y extranjeras. Un personal con alta calificación que en cada turno pone riguroso empeño en la supervisión de todos los productos.

La cifra

70 aniversario.  Es la cantidad  de años que cumple Victorina en la preferencia de las familias  dominicanas ofreciéndole una  gama de productos que desde entonces han mantenido una  calidad invariable e incuestionable.

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