Profanación de los símbolos patrios

Profanación de los símbolos patrios

JOSÉ B. GAUTIER
Son muchos los temas que hieren nuestra atención como dardos encantados. Todos importantes para ser conocidos y discutidos abiertamente por el pueblo de una sociedad joven, libre, independiente, regida actualmente por viejos patrones obsoletos y gastados. Examinar su significado. Su alcance. Sus consecuencias.

Formarse una opinión nueva en libertad con diversidad de criterios. Políticos, económicos, sociales, religiosos. Sin  estar amarrada a dogmas de fe y encíclicas dictadas desde el extranjero (utopías) emanadas de Palacios con salones y alcobas de mullidas alfombras y con puertas y ventanas, techos y dinteles, con cortinas de terciopelo con bellos oropeles sobre antiguas columnas y paredes de mármoles de Carrara y en donde se brinda en copas de cristal de Bacarat y se come en lozas de Limoge y cubiertos de oro y plata, mezclada con incienso y mirra, para aplicarlas, con la misma caridad que se emiten, en un mundo de gente hambrienta cuya población, más de la mitad famélica, no sabe si mañana comerá alimentos o beberá agua y donde hablar del control de la natalidad es una blasfemia…

No hay tiempo, ni espacio para escribir y analizar todas esas inquietudes (mortificaciones), pero en cambio les dejo algunas ideas para que les den “mente”.

Veámos: “Una zafra sin haitianos.”; “la prohibición a la reelección a todos los cargos públicos electivos”; “¡Comando,- “Todo por la Patria”, ahora pisada por botas norteamericanas!”

“Saltemos el muro en la frontera Norte movidos por los hilos de las marionetas del Servicio Jesuita”; “sanciones ejemplares a los jefes de los partidos políticos que infringen aviesamente los plazos legales para inscribir candidaturas congresionales y municipales”; “¡Eso lo da la corrupción!”.

“¿Deben ser declarados como criminales en la República Dominicana, por ley, los extranjeros indocumentados, sus empleadores y las ONGs que los protegen?”; Urgente. País cambia de nombre: En vez de Estados Unidos de América (USA) se llamará en lo adelante, Estados Unidos de Latinos (USL), el “American Dream” convertido en el “Latino Dream”.

¿Qué les parece vivir en democracia, pensar en libertad, disentir, sin miedo a una persecución política o religiosa?

¿Qué extraño? ¡No fue en la Plaza de San Pedro en el Vaticano en presencia del Rey de la Iglesia Católica, Su Eminencia Reverendísima, Papa Benedicto XVI bendiciendo las multitudes desde su ventana del Palacio Pontificio, que el Servicio de Jesuitas a Refugiados y Migrantes hizo el espectáculo “Por un mundo multicultural, sin discriminación, celebremos la diversidad”!

¿Y qué raro? ¡Los participantes de esta comedia eclesiástica no eran migrantes y refugiados de la África Mauritania llagados recientemente a las playas españolas de las Islas Canarias, ni albaneses musulmanes de Kosovo en los Balcanes! 

¡Cuánta  perversidad! ¡Cuánta mala fe! Tampoco fue por pura casualidad el hecho de que esos sacerdotes de la Iglesia Católica pertenecientes al Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes, queriendo concitar la atención y ser portada de primera página en la prensa local e internacional (transmitida por televisión e Internet y cubierta por redes informativas) convocaran al pueblo dominicano como parte de su campaña antinacional financiada por la Unión Europea a una manifestación en el parque Independencia de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, para forzarnos a recibir en el país al excedente poblacional de Haití.

Acto bufo, burlón, grosero, antipatriótico (¡Llegaaaarooon los haitianos con sus lwases y bailando vudúuuu! ¡Cierren las puertas!), caricaturesco, donde grupos de artistas extranjeros satanizados brincaban y cantaban melodías y canciones en “creole” ante el estupor de una ciudadanía perpleja y confundida, en el mismo lugar donde en 1844, un 27 de febrero, un grupo de héroes dominicanos proclamaron nuestra separación de la República de Haití, estableciendo a la República Dominicana como un Estado soberano, libre e independiente de todo poder extranjero.

¡Qué puntería la de los jesuitas! ¡Qué mala leche tienen! ¡Qué demonios se habrán montados en sus cuerpos!

En el mismo lugar, declarado por su significación histórica y patriótica, Altar de la Patria, frente a la Puerta de El Conde, donde reposan las cenizas venerandas de nuestros Padres de la Patria, Duarte, Sánchez y Mella, montan su espectáculo para burlarse del pueblo dominicano y sus autoridades, como echando sal y vinagre a una herida abierta.

¡Este pueblo dominicano ya conoce la gloria de su libertad! ¡De la auténtica libertad! ¡De la libertad sin cadenas, sin cruces, sin hipocresías, alcanzada sin la solidaridad de la Iglesia Católica!

¡Que siga la fiesta jesuita! ¡Que sigan las profanaciones a nuestros signos patrios por esos traidores sacerdotes jesuitas! ¡Cría cuervos y te sacarán los ojos! La hospitalidad que les ha brindado la sociedad dominicana a estos curas jesuitas la están devolviendo propiciando la destrucción de la dominicanidad. ¡Ya llegará el momento de arreglar cuentas por vías legales e institucionales de respeto al derecho ajeno para que haya Paz!

¡Es fundamental separar al Estado dominicano de la Iglesia Católica. La política de la religión!

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