ÁNGELA PEÑA
Ver los trazos y textos proféticos que dejó el clarividente argentino Benjamín Solari Parravicini es estremecedor, eriza la piel, produce un sacudimiento emocional porque todo lo que predijo se ha cumplido. Unos amigos a los que envió sus carpetas de Dibujos Proféticos, los han recopilado y publicado en tomos que ya van por varias ediciones debido a la conmoción que se apodera del lector al comprobar la realización de sus pronósticos que primero comenzaron como dictados de una voz amiga, íntima, la de su Ángel Guardián, y luego fueron el resultado de su mente adelantándose a los mensajes.
«Cabeza de barba», que parecerá santa, más no lo será y encenderá las Antillas», profetizó en 1937. Hoy, los recopiladores de su obra lo interpretan como «Notable y evidente descripción de Fidel Castro, ¡hasta con el famoso apodo y con 23 años de anticipación! Castro llegó al poder en 1960». En 1938 dibujó y escribió: «El corazón será artificial en el año 1966» y bajo los trazos de una mujer desnuda apuntó, por otro lado: «La mujer se desnudará en público y cansará. El hombre se desvivirá en hartazgo». También en ese año anunció que «el can será el primer volador», la «maternidad artificial ¡cultivada!» y «El origen destruido. El hombre cultivará sin contacto».
Una de las más impresionantes Psicografías de Benjamín Solari Parravicini es la que muestra, en 1939, las Torres Gemelas de Nueva York, con edificios alrededor que se derrumbaban. «En el texto habla de dos ataques que sufrirá el monumento, en representación de las dos Torres Gemelas, que en aquel tiempo no existían, ya que fueron planeadas en los años 60 y finalizadas en 1976», acotan los recopiladores. El vidente escribió al pie de este bosquejo: «La libertad de Norteamérica perderá su luz. Su antorcha no alumbrará como ayer y el monumento será atacado dos veces».
En 1936 observaba que «La Nueva Rusia será pobre, pero regresará a su Dios. Allá se desplazarán los nuevos de su época. Sus sabios llegarán a asombrar al mundo, dominarán en desesperación, después caerán estruendosamente. La nueva hija de ella será pobre, pero será». Predijo la televisión, las caídas de Hitler y Mussolini, el hombre volando los espacios siderales, venciendo el sonido, conociendo los astros. Sobre los papas y el Vaticano esbozó y anotó: «El papado tendrá nuevas normas. Lo malo de ayer dejará de serlo. La misa será protestante sin serla. Los protestantes serán católicos sin serlo. El Papa se alejará del Vaticano en viajes y llegará a América, en tanto la humanidad caerá». (Profecía de 1938) que los autores comentan: «Anuncia las reformas propiciadas por el Concilio Ecuménico y la celebración de la misa en idiomas vernáculos, tal como lo hacen los protestantes. Estos se acercan al Vaticano mientras que el Papa no solo viaja por el mundo, sino que visitó América». «La mujer pasará sus cabellos al hombre y el hombre pasará sus ropas a la mujer. Ambos mandarán en igualdad de mando, pero el tiempo los hundirá», pronosticó en 1936.
Tan emocionante como apreciar la enorme cantidad de imágenes, textos y aciertos es conocer la vida del profeta, que recibía además dictados para sanar física y espiritualmente. «Hacía el dibujo y escribía lo recibido, con absoluta naturalidad. No se producían cambios en su personalidad, ni en su expresividad, ni caía en trance», afirman. El 5 de enero de 1972 decía al recopilador de sus trabajos: «Piense que toda comunicación del Alto, llega espontáneamente. Yo nunca llamo ni invoco. Nunca realizo reuniones ni asisto a ellas…». Solari Parravicini nació en Buenos Aires el 8 de agosto de 1898. «Era sencillo, caritativo, bondadoso, católico, sincero y practicante de su religión». El 13 de diciembre de 1974 «dejó su cuerpo físico para actuar en otro plano, con el que ya tenía contacto mientras vivía».